Diario de León

| Reportaje | El leonés más longevo |

MIGUEL SUÁREZ,EL ABUELO DE LEÓN, CUMPLE 106 AÑOS CON OPTIMISMO

Miguel Suárez cumplió ayer 106 años y lo celebró rodeado de sus compañeros de la residencia Virgen del Camino, sus familiares y miembros de la corporación municipal

Publicado por
Estefanía G. Bermejo - león
León

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La residencia de ancianos Virgen del Camino de León se engalanó ayer para celebrar el 106 cumpleaños de su residente más longevo y divertido. Miguel Suárez nació en Cármenes un 23 de septimbre de 1899, se dice pronto, y ha tenido una vida llena de aventuras y sobresaltos que no le han impedido conocer la sociedad de un siglo XXI muy lejano de su época. Más de un siglo de trabajo, diversión, guerras, idas y venidas que le han enseñado a amar una vida que espera dure «que menos que otros 20 años». «La ilusión por seguir viviendo y toda una vida de soltería» son su único secreto y así lo demostró en un homenaje lleno de cariño y admiración. Un montón de regalos y más de 200 personas acompañaron a don Miguel durante su cumpleaños. A las 11.30 horas, la tuna de la Universidad le rondaba en el patio de la residencia y, ni corto ni perezoso, el acompañaba la melodía con una débil voz -lo único de lo que cojea Miguel- y unas animadas palmas. Acompañado de la tuna, del grupo de danza y teatro arpegio, del alcalde de León y algunas de sus concejalas, y disfrutando de un pequeño recorrido musical en el tiempo -al son de Yesterday de los Beatles o Y sin embargo te quiero -, el «Abuelo de León» disfrutó de su 106 cumpleaños con la única esperanza de volver a reunirse con «tante gente que me quiere y me admira» el próximo 23 de septiembre. Tras las celebraciones, «una comida sana y una buena siesta» que no falten. Las congregación de las hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul, encargadas de la residencia Virgen del Camino donde vive desde hace ocho años don Miguel, han sido galardonadas con el premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Sor María, directora de la residencia, aseguró que para ellas ha sido más gratificante el cariño y apoyo de la gente que el premio en sí. Su trabajo, gratuito cada día, 365 días al año, está destinado al cien por cien a su dedicación a los ancianos, que en su mayoría les consideran su familia. «Ninguno tiene una licenciatura universitaria pero sí de la vida», explica sor María, «y son personas educadas en el respeto en el hogar por lo que con nosotras se deshacen en cariño y educación». Se levantan cada mañana y cuidan de los ancianos con toda su entrega y dedicación con el único objetivo de «que ellos se sientan felices». Las fuerzas para seguir día a día es que un hombre como Miguel «que tanto ha vivido y ha recorrido nos diga que los años más felices de su vida son los nueve que lleva viviendo con nosotras en la residencia». Por ello, recogerán en Oviedo el merecido premio.

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