Ni Camino ni Froilán

Ni Camino, ni Froilán, ni Ordoño... Los leoneses han olvidado los nombres de la tradición provincial a la hora de bautizar a los recién nacidos y han recurrido a la moda, al menos a la española. Lucía, en niñas, y Pablo, en varones, son los nombres más usados en la provincia de León el pasado año según un estudio del Instituto Nacional de Estadística. Este informe, que recoge los apelativos más comunes usados en todo el territorio nacional y en las distintas comunidades autónomas establece como los diez nombres más comunes en Castilla y León Pablo, David, Daniel, Alejandro, Diego, Alvaro, Sergio, Adrián, Mario y Marcos, un listado que, con ligeras diferencias de orden se repite en los últimos tres años. En cuanto a las féminas, Lucía, Paula, María, Laura, Andrea, Alba, Sara, Carla, Claudia y Marta son las elecciones de las familias, que se repite, también, con ligeras variaciones desde el año 2000. Los apelativos coinciden con las designaciones nacionales y así Lucía y Alejandro son los más habituales ya que del total de 219.059 niñas nacidas el pasado año en el país más de 10.300 llevarán ese apelativo escrito en su carné de identidad. Le seguirán, por número, María (7.800), Paula (7.147) y Laura. En cuanto a los varones, Alejandro ha sido elegido por 7.381 familias; aproximadamente seis mil optaron por David, Daniel y Pablo. Las únicas diferencias entre el listado nacional y el autonómico surgen en los últimos puestos ya que el décimo nombre más puesto en el país es Nerea, que no aparece en la nómina autonómica. En el listado de varones se cuelan Javier y Carlos, nombres tradicionales que retoman con fuerza los primeros puestos del catálogo junto a Miguel, Manuel, Raúl, Antonio, Juan o Francisco, entre los veinticinco más reseñados en los registros civiles nacionales. Como curiosidad, en el último lugar de los cien más repetidos figura Denis para niño y Neus (Nieves en catalán) para niñas. El estudio de registro muestra que los españoles siguen apostando por denominaciones clásicas aunque cada año aparecen más nombres en los diferentes idiomas autonómicos. Cae, por el contrario, las denominaciones de origen extranjero como Joel, Cristian o Jonhatan que se encuentran por debajo del cincuenta en el ranking. Para niñas, los nombres tradicionales siguen teniendo un hueco importantísimo y así María es el segundo apelativo más usado, pero en la lista aparecen también Ana, Elena, Carmen o Julia en los treinta primeros lugares. Aparecen, sin embargo con fuerza, nombres de origen árabe que demuestran la presencia cada vez mayor de ciudadanos del norte de África en España. Así, entre los cien cincuenta nombres más usados encontramos Yasmina, Salma o Aya. Entre los niños Mohamed (más de 600 niños inscritos con ese nombre el pasado año) u Omar se pueden considerar ya habituales. Allá por el siglo XIV la mayoría de los niños se llamaban Bernardo, Berenguer, Francisco, Ramiro, Fernán o Pedro, y las niñas eran bautizadas como Francisca, Juana, Catalina o Margarita. A principios del siglo pasado llegaron nombres como Justina, Domitila, Hortensia, Valeriano o Eulogio. Llegados los años cincuenta se impusieron José, Juan y Antonio; y Carmen, Dolores, Josefa y Maria. Y a finales del siglo pasado, es decir hace sólo diez años, Maria era el nombre femenino por excelencia, mientras que el de varón se lo disputaban José, Carlos o Jorge. Para todo hay modas... y cambiantes.