El ermitaño de Valdorria que fue obispo

La historia de San Froilán habla del abandono de la casa familiar a los 18 años y su decisión de adoptar la vida del ermitaño en Ruitelán y en Valdorria, localidad montañesa de León donde vivió como eremita. También incide en su labor evangelizadora a través de la creación de monasterios. Parece que estos méritos impulsaron al rey Alfonso III el Magno a escogerlo como obispo de León, cargo que recibió en el año 900 en la Catedral. La leyenda recita que el santo murió el día 5 de octubre del año 905 -fecha de la que se cumple el 1.100 aniversario- y que sus restos mortales fueron depositados bajo el altar mayor de la catedral leonesa, para pasar después a ser patrono de la diócesis.