Carlos Amigo: «La tragedia de los inmigrantes encoge el corazón»

La imagen de La Virgen del Camino brillaba ayer más que nunca desde su trono situado en el altar del santuario. Ante ella, cerca de un millar de feligreses que daban calor al templo y que escucharon fervientemente las palabras del cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, que fue el encargado de presidir la eucaristía que clausuraba el año jubilar diocesano. Además, la ceremonia también fue el cierre de todas las celebraciones del quinto centenario de la aparición de la Virgen al pastor Alvar Simón Gómez y el 75 centenario de su coronoción. Con el cardenal Carlos Amigo, estuvo acompañado en el acto por cerca de un centenar de religiosos, entre los que también se encontraban el arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro; el obispo auxiliar de la misma diócesis asturiana, Raúl Berzosa; el obispo emérito del arzobispado ovetense, Gabino Díaz; el obispo de Palencia, Rafael Palmero; el obispo de Astorga, Camilo Lorenzo; el arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez y el obispo de Santander José Vilaplana. El obispo de León, Julián López, que se encontraba en Roma participando en el sínodo de obispos organizado por Benedicto XVI, también estuvo presente. El pendón de La Virgen ondeaba a la entrada de la iglesia cuando los religiosos entraron en procesión hacia el santuario, donde les esperaban los feligreses. En su homilía, el cardenal Carlos Amigo recordó que «el calendario de Dios se escribe con la fidelidad, de igual manera que la historia de la gente y su relación con Él». En su sermón, Amigo también hizo referencia «a la injusticia, al hambre y a la tragedia de los inmigrantes. Esto encoge el corazón porque no es vida», remató. Asimismo, el cardenal también señaló que en los tiempos difíciles «es necesario beber de las fuentes de la fe».