Juegos, nanas y muchas lágrimas
Hubo lágrimas, y no sólo de los más pequeños sino también de algunas de las madres en el primer día de guardería para los niños. Ayer comenzaron el curso cerca de 80 pequeños que iniciaron una semana de adaptación al centro. Así, los niños de entre 0 y 1 años permanecieron tres horas y el resto dos. Las perchas, situadas a la altura de los niños, comenzaban a estar ocupadas, al mismo tiempo que los caballitos de juguete o las sillas tamaño gnomo. Por fin abrió sus puertas la primera guardería pública del municipio cuyo horario habitual será de ocho menos cuarto de la mañana a ocho y media de la tarde.