La educación, motor de futuro

En los últimos años, la Unión Europea ha considerado en numerosas ocasiones que el fomento del espíritu emprendedor es pieza clave en la creación de empleo, en la mejora de la competitividad y en el crecimiento económico. Por esta razón han instado a los estados miembros a fomentar las actitudes empresariales desde la escuela. En este sentido, la educación es el motor para una cultura empresarial más viva y dinámica. Castilla y León ha tenido en cuenta esta iniciativa y recientemente, el consejero de Educación, Francisco Javier Álvarez Guisasola, anunció que «en un futuro inmediato» todo el sistema educativo de la comunidad contará con una asignatura para formar a «futuros emprendedores». Álvarez Guisasola inauguró durante la presentación de la iniciativa, denominada Vitamina E , un proyecto ambicioso. destinado a los alumnos de 4º de la ESO y que pretende desarrollar el espíritu emprendedor en los estudiantes de esta edad. Esta materia se imparte actualmente en diez centros de la comunidad y cuenta con cerca de 140 alumnos, pero este año se amplía a «casi el doble», según Guisasola, quien además destacó que la asignatura obedece al espíritu de la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza, (Loce), que pretendía impartir a los alumnos un conocimiento sobre «lo que es la empresa y el empresario y lo importante que es para la economía y el desarrollo de una comunidad». Una hora a la semana La asignatura sobre el carácter emprendedor se impartirá una hora a la semana y tendrá carácter optativo. Su materia se divide en dos bloques, uno sobre el espíritu emprendedor y otro, de carácter más práctico, en el que cada alumno realizará un proyecto empresarial. El vicepresidente segundo y consejero de Economía, Tomás Villanueva, clausuró la presentación del material didáctico para esta asignatura -en el instituto vallisoletano Núñez de Arce- y manifestó su esperanza en que este tipo de programas permitan invertir «los datos que hoy disponemos sobre la creación de proyectos empresariales». Villanueva matizó que Castilla y León «necesita actividad económica» y destacó que este tipo de programas «es fundamental, dado que está dirigido a los más pequeños y a los jóvenes que en los próximos años van a tener que empezar a desarrollar su proyecto de vida profesional y empresarial». Actualmente, más de 200.000 estudiantes de la Unión Europea crean al año miniempresas y el 20 % de estos jóvenes constituyen sociedades una vez finalizada su formación, según datos de la Comisión Europea. Sin embargo, sólo los sistemas educativos de Irlanda, Letonia y Austria incluyen una asignatura para emprender con carácter obligatorio en su currículo. Los últimos datos del INE apuntan que en Castilla y León se crearon el pasado año 4.431 sociedades mercantiles, lo que supuso un crecimiento cercano al 4 %, con una media de capital suscrito por empresa de 69.340 euros, cuando en el año 2000 este importe ascendía a 55.500. Espíritu emprendedor El espíritu emprendedor engloba un conjunto de cualidades y habilidades que pueden promoverse desde la educación de los alumnos más jóvenes hasta los niveles superiores. Desde la óptica de las cualidades personales, el espíritu emprendedor supone desarrollar la iniciativa personal, la confianza en uno mismo, la creatividad, el dinamismo, el sentido crítico, la asunción de riesgos, y otros muchos valores que hacen a las personas activas ante las circunstancias que los rodean. En el área de las habilidades sociales, el espíritu emprendedor conlleva el desarrollo de actitudes de cooperación y de trabajo en equipo.