«La curación requiere coraje»

«La curación es posible, claro, pero requiere coraje. Has de demostrarle a la enfermedad que vas a poder con ella», explica Blanca Rosa Llano. Esta leonesa fue operada, hace ya nueve años, de cáncer de mama y reconoce que la enfermedad ha cambiado toda su vida. «Desde ese momento valoras otras cosas, te das cuenta del apoyo de tu familia, tus amigos. Eres otra», indica. Blanca detectó ella misma su tumor, en una autoexploración del seno. Tenía entonces 42 años y se vino abajo porque «entonces cáncer era igual a muerte, luego te das cuenta de que no es así, de que hay vida, y calidad de vida, después de ello». «Los adelantos en cirugía y en tratamientos han hecho que el cáncer de cure», recalca. Desde el momento del diagnóstico toda ha sido lucha aunque no exenta de autonegación. « A mí me rondó pero no me entró», recalca al mismo tiempo que reconoce que se vino abajo ahora, nueve años después, cuando empezó a pensar por lo que había pasado. El apoyo de su familia, de los amigos o de la Asociación de Lucha contra el Cáncer ha sido lo más positivo para Blanca en su enfermeda. ¿Lo peor?. No duda. «La caída del pelo que te recuerda día a día que pasa algo. La enfermedad está ahí, pero no la ves», explica. Blanca se reunió ayer con más de medio millar de mujeres que, como ella, han pasado por una mastectomía y largos tratamientos contra el cáncer. «Estos encuentros son muy positivos porque te das cuenta de que no eres la única enferma en el mundo (algo que siempre crees) y que hay buena vida después de todo», precisa. León, como anfitriona del VII Encuentro de Mujeres Mastectomizadas de Castilla y León, recibió a mujeres procedentes de todas las provincias de la comunidad, excepto de Soria. En total, más de 670 personas se reunieron en esta cita organizada por la Asociación de Lucha Contra el Cáncer. Atención a las secuelas La necesidad de realizar mamografía cada vez a edades más tempranas (se reclama rebajarlas en cinco años de los 45 que establecen las campañas de prevención) y la atención a las secuelas, especialmente al linfedema, eran las peticiones más repetidas. «Falta personal para atender a todas las enfermas», explicaba una voluntaria de la Asociación Leonesa de Mujeres Operadas de Mama, Almom. Esta asociación, nacida hace poco más de dos años, realizó una cuestación informativa para dar a conocer sus actividades.