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Cultura de la subvención

Las declaraciones del ministro de Economía dan un vuelco al planteamiento negociador

Publicado por
M.J. Muñiz - león
León

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Las declaraciones realizadas ayer por el vicepresidente económico del Gobierno hacen temer un futuro poco halagüeño para el sector del carbón, si realmente reflejan las intenciones del equipo de Zapatero. Solbes se refirió ayer no sólo a la situación del sector minero, sino de todos aquellos que atraviesan crisis, como el del transporte y la pesca a consecuencia de las subidas del precio del gasóleo. En este último caso, el responsable de las directrices económicas del Ejecutivo se mostró partidario de trasladar los incrementos al precio de los productos que adquieren los consumidores, porque «la política de subvenciones es algo que hay que ir superando». En el caso de la minería del carbón la situación es más complicada. Este combustible no es competitivo, dijo, porque hay otros que son más baratos. Al no ser posible trasladar los incrementos de precio al producto, hay que apostar por las alternativas energéticas más económicas, con las que el carbón no puede competir. Para Solbes, según explicó en la Cadena Ser, está claro que la actividad minera se ha ido reduciendo en los últimos años, y apuesta por un nuevo plan que continúe con esta reestructuración. Una postura radicalmente distinta a la que defienden los sindicatos, que entienden que la reestructuración llevada a cabo en el sector con el Plan del Carbón que ahora concluye ha dejado a la minería en unas dimensiones adecuadas, por lo que el nuevo programa de actuaciones que ahora se negocia debe centrarse en mantener la actividad, el empleo y la vitalidad económica de las zonas en proceso de reestructuración, pero no llevar a cabo nuevas reducciones de actividad. El vicepresidente advirtió ayer que el nuevo plan del carbón debe plantearse «ir adaptando las subvenciones mineras, que han sido y son muy sustanciosas, a las de otros sectores que no reciben estas ayudas». También matizó que otra cosa es establecer ayudas a las personas que se vean afectadas por esta situación, para evitar en lo posible situaciones de necesidad. Los países suficientemente desarrollados tienen que tener la capacidad de llevar a cabo estas reestructuraciones sin que se produzcan situaciones de pobreza o necesidad, explicó Solbes.