Por honor de caballero

«Por su honor de caballero, don Jaime Lobo, ¿jura usted realizar alguna etapa del Camino de Santiago en el transcurso de su vida, en cada año santo ganar las gracias jubilares, asistir a los actos organizados por el Consejo de la Orden de Santiago que se celebran en la semana anterior a la festividad del Apóstol? Si usted jura que Dios se los premie y si no que Dios se lo devengue». El altar de la catedral de León fue el escenario de investidura de una quincena de nuevas damas y caballeros de la Orden del Camino de Santiago, según informa Ical. Entre los admitidos como miembros honoríficos figuran el alcalde de la ciudad, Mario Amilivia; el arquitecto leonés José María Álvarez; el presidente de la Asociación de Hosteleros de León, Esteban Díez; y el ex senador y jefe del Servicio Territorial de Cultura y Juventud de la Junta, Jaime Lobo. Una por una las personalidades llamadas a ser caballeros y damas, sentadas a la izquierda de los bancos de los miembros del club de honor, tras recibir la venera se postraban ante el altar mientras uno de los hermanos rectores le imponía sobre su espalda la espada de Santiago, al más puro estilo de los caballeros y soldados de la época medieval. Y es que el origen de esta Orden se remonta al siglo XI, aunque en palabras de su presidente, Miguel Pampín, es una congregación que ha sabido adaptarse a los tiempos. Ciudad de esplendor Antes del nombramiento, quedaban dos discursos: el del reverendo de la Orden de Damas y Caballeros del Camino de Santiago, Andrés Pato, quien ensalzaba la fidelidad «en una sociedad en la que predomina el cambio de chaqueta» y el del portavoz de la congregación, quien destacó el papel de León en el paso de los peregrinos a Santiago y recordó: «Estamos en León, cuidad que alcanzó su esplendor en la Alta Edad Media, momento en el que la peregrinación tomó auge y en el que la iglesia leonesa de Santa Ana, sede de los Caballeros del Santo Sepulcro, se convertía en puerta de recepción de los viajantes en busca de paz espiritual». «Y estamos en la catedral de León», añadió, «filigrana de piedra del siglo XIII, con 1.800 metros de vidrieras que permiten el paso de la luz en todos y cada uno de los rincones de esta joya arquitectónica». «Estamos señores en la casa de Dios». El programa del encuentro ceremonial de la orden jacobea en la capital leonesa añadió además un cocierto en el auditorio de la Orquesta Sinfónica de Melide, además de una ofrenda ante el rey de Calicia, García I, en la Basílica de San Isidoro. Las damas y caballeros de la orden visitan hoy Astorga y van a comer en Castrillo.