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«Podía haber sido un cabroncete; no lo fui»
El equipo diseñado por Fernández aúna juventud y veteranía, apuesta por las mujeres y recuerda al anterior
No sólo fumaba en pipa Fermín Carnero sino que algún otro se apuntó al humo, aunque con el carbón como combustible. Por si acaso, el veterano sindicalista, que se destetó en 1979 con un encierro en la mina, cebaba el artilugio y recordaba: «Mientras estos congresos no dejen de girar en torno a nombre y apellidos para fijarse en las siglas de la UGT no aseguraremos ser indispensables». Como tal no figura ya Ramón Sánchez, para quien Carnero soñó otros horizontes y la familia y la vida le dejaron el que quiere. Ahora, casi seis años después de entrar aclamado por su juventud en la secretaría provincial de UGT, se retira con las enseñanzas guardadas en su coleto. «Podía haber sido más cabroncete y no lo fui, que esas malas artes las aprendí aquí junto a las buenas», expuso en la defensa de su gestión, cuando le echaron en cara que se decantara en favor de Prieto para la secretaría autonómica, «sin coaccionar a nadie y convencido de que la apuesta era más territorial y beneficiosa para León, no sectorial». Tras de sí deja una herencia que deberá ser administrada por la nueva ejecutiva de marcado corte continuista, en la que repiten dos de sus colaboradores: Ana Isabel Ferreras y Manuel Fernando García. «Deben marcar su propia política sindical. Esto es una base para empezar y poco a poco darán pinceladas para ir moldeando un modelo acorde a sus planteamientos», espeta, convencido de que «no va a haber grandes cambios, pero deben darle su perfil y su carácter, el de una ejecutiva que mezcla juventud y veteranía». Y un porcentaje mayoritario de mujeres. Aunque no calma a unos -MCA y Fete-, pero ha logrado templar a otros -Transportes-.