Por una ciudad sin malos humos
No hay localidad española que no cuente con su plataforma ciudadana en favor de la promoción del uso de la bicicleta. Desplazarse por la ciudad en este vehículo sigue siendo peligroso, por no mencionar lo arriesgado de los trayectos entre ciudades. Quizá por ello aún son pocos quienes van a trabajar, a la universidad o, simplemente, de compras en bici. Ante la situación, han proliferado asociaciones de usuarios de bicicletas que tienen ante si la ardua labor de popularizar su uso como medio de transporte, ya que España es uno de los países de la UE en los que menos se utiliza. La escasa tradición del país y las pocas vías habilitadas para este uso justifican la distancia respecto a Europa. El manual «En bici, hacia ciudades sin malos humos», publicado por la UE para promover el uso urbano de la bicicleta afirma que «fundamentalmente, es la falta de las condiciones necesarias lo que impide moverse en bici». A pesar de que España es la cuna ciclistas tan ilustres como Induráin, Delgado o Lejarreta, todavía está a la cola de Europa en estas lides.