Los sacrificios de cerdos en domicilios han caído más de la mitad en veinte años

El recuento de guías emitidas hasta el primer domingo de abril del 2006 definirá si esta campaña se producido un nuevo descenso del número de cerdos sacrificados en domicilios para consumo particular. Hasta ahora, y desde mediados de la década de los ochenta, la tendencia marca un desplome de la costumbre de la matanza inducido, sobre todo, por la despoblación y el envejecimiento de los pueblos leoneses. Aún así, León sostiene el tipo en el número de animales sacrificados en domicilios particulares para autoconsumo. La estadística se resiente si se compara la actividad en los primeros años ochenta y los albores del nuevo siglo: frente a los cerca de sesenta mil animales sacrificados en los inviernos de hace veinte años, los sacrificios por el rito de las matanzas caseras superaron en la última campaña el número de veinte mil. El descenso proporcional de las matanzas en los cinco meses siguientes al último viernes del mes de octubre (época habilitada por la administración autonómica para análisis sanitario de los cerdos sacrificados) es menor en esta provincia que en otra de su entorno. Al recorte de matanzas tradicionales se le añadió una nueva causa hace cuatro años, con motivo de la entrada en vigor de las normas preventivas contra la propagación de la encefalopatía espongiforme bovina, con la prohibición del sacrificio de vacas con destino al consumo fuera de los mataderos. El proceso dispara el coste para el particular, que debe hacer frente al transporte del animal y de la carne obtenida.