Homenaje a Santa Cecilia
El segundo Certamen de música de Semana Santa en honor a la patrona de los músicos ofreció una muestra representativa de las marchas que sonarán durante la pasión leonesa
Santa Cecilia, patrona de los músicos, recibió ayer un homenaje por parte de los componentes de la banda de Cornetas y Tambores de la Real cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y la Santa Veracruz con un certamen de música típica de Semana Santa en el que demostraron la gran calidad de sus composiciones y en el que también participaron la banda bañezana Nuestra señora de la Trinidad, La del Santísimo Cristo de la Victoria y la de las Siete Palabras, ambas de León. Cerca de 700 personas asistieron al concierto en el pabellón Margarita Ramos del polígono 10 para escuchar por segundo año consecutivo las marchas que en Semana santa acompañarán a algunos de los pasos más representativos de la pasión leonesa en el Certamen de Música de Semana Santa Santa Cecilia. «Pretendemos que este homenaje se convierta en una tradición», explicó José Luis González, encargado de organizar el acto. Durante unas horas el ambiente se cargó del sentimiento que se apodera de las calles durante la pasión leonesa, en lo que puede considerarse el preludio de uno de los acontecimientos religiosos más relevantes de todo el año en la ciudad. El poder de la música se encuentra en todos los ámbitos de la existencia humana, marchas y procesiones caminan unidas por las calles de la ciudad. Espíritu de participación Todas las bandas de tambores y cornetas que participaron ayer en el certamen se han preparado con esmero y tesón día a día para ofrecer este año la muestra más representativa de las diferentes marchas compuestas específicamente para la Semana Santa y que desde finales del siglo pasado se han convertido en un elemento indispensable en todas las procesiones. En muchas ocasiones los miembros más jóvenes de la banda musical no se han formado en escuelas y todos sus conocimientos parten de la ilusión, el fervor y el sentimiento que nace de la intención de acompañar a Cristo y a su madre dolorosa mientras avanzan por las calles mecidos por los braceros. El resultado final fue de gran belleza y calidad musical, quedando patente el papel crucial de las bandas musicales en la celebración religiosa más pasional del año, los asistentes presenciaron el acto con un silencio sepulcral, momentos de reflexión a los que siempre invita la música solemne y cadente, un recuerdo a la Oración del Huerto, a la Crucifixión o al Vía Crucis. Eco del dolor La música de Semana Santa se hace eco del profundo dolor por la muerte de Jesús, miles de cofrades salen en procesión en verdaderos actos de fe, cuidando auténticas obras de arte que por su expresionismo parecen transformarse en carne al paso de los tambores, carracas, trompetas y ritmos cadenciosos ejecutados con precisión y que ayudan a conformar la esencia más pura de este acto religioso de reflexión. Casi resultaría dificil describir o transmitir la sensación que se vive al observar los pasos sin las marchas o el profundo olor a cera e incienso que inunda la atmósfera durante los pasos. Sólo la procesión del Silencio, organizada por la cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y el Silencio prescinde de elementos musicales a excepción de un toque de tambor que marca el paso lento y profundamente doloroso del momento previo al dolor de la muerte de Cristo en la cruz. Siempre en nuestro corazón, De mi soledad una sinfonía de lágrimas, La Saeta, El Salvador o En tu soledad fueron algunas de las piezas que ayer se escucharon en el certamen y que acompañarán este año a los cientos de cofrades de la ciudad.