El 70% de los ingresos de las diócesis de León y Astorga proceden de fondos estatales y, el resto, del cepillo y otras colectas
El dinero de Dios, camino del limbo
Ya sólo uno de cada tres contribuyentes dan su parte del IRPF a la administración católica
La futura eliminación del impuesto eclesiástico por parte del Gobierno hará tambalear los cimientos de las diócesis de León y Astorga, donde siete de cada diez euros de su presupuesto proceden de fondos públicos, ya sea por la dotación estatal o a través de la asignación tributaria del 0,5% del IRPF. Según los datos facilitados por escrito por parte de los ecónomos de ambos obispados, de los aproximadamente tres millones y medio de euros que tuvo cada diócesis de presupuesto anual, la aportación estatal supuso en el 2005 un desembolso de 2,13 millones de euros en León y 2,34 millones de euros en Astorga. La evolución de las campañas de la renta desde el año 1987 revela que la principal inyección financiera procede de la obligación que tiene el Estado con la Santa Sede a consecuencia de los acuerdos de los años 70, que todavía hoy condicionan numerosos aspectos jurídicos, económicos, educativos y culturales. Dos de cada tres euros de dinero público que llegan hoy a las diócesis proceden de esta vía, mientras que ya sólo uno de cada tres contribuyentes tacha la casilla que beneficia a la Iglesia en la declaración de la renta. El patrimonio de ambos obispados es extraordinario, pero los ingresos se ciñen a la financiación pública y, en menor medida, a la aportación de los fieles. De esta manera, una autofinanciación de la Iglesia se hace impensable si se tiene en cuenta que menos del 30% de su dinero procede de los cepillos y de otro tipo de colectas, como la que se llevó a cabo el Día de la Iglesia Diocesana y en la que se recaudaron 54.000 y 45.000 euros en las diócesis de León y Astorga, respectivamente. Invertir con «dimensión ética» Ambos obispados han sido preguntados por sus inversiones en bolsa y en bienes de otro tipo. La respuesta ha sido conjunta: «Las instituciones y entidades religiosas son, en muchos casos, patronos de fundaciones, que se rigen por su propia ley y estatutos En todo caso, nuestra política de inversiones intenta garantizar el capital invertido obteniendo la máxima rentabilidad y cuidando siempre la dimensión ética de las inversiones». A pesar de la ambigua e incompleta respuesta, este periódico ha podido saber que los ingresos financieros del Obispado de León ascendieron el año pasado a casi un millón de euros, convirtiéndose ya en su segunda fuente de ingresos. Del de Astorga lo poco que se sabe es que sus últimas inversiones canalizadas a través de la sociedad inversora Vayomer y de Gescartera le hicieron perder más de un millón de euros en un algo menos de año y medio. La financiación menos visible Pero aunque no se encuentra en sus libros de cuentas, la Iglesia tiene otras maneras de financiación, como los conciertos con sus colegios o las subvenciones que recibe de la Administración autonómica para pagar actividades como la asistencia social o la ayuda al desarrollo, además de los convencios de otras administraciones como la Junta o la Diputación que financian a los obispados la recuperación y el mantenimiento del patrimonio histórico. Ambas diócesis cuentan, además, con el apoyo de docenas de voluntarios que limpian las iglesias, imparten catequesis y cuidan muchos bienes localizados en las áreas rurales.