Tres espacios para fardos
Las balas siguen almacenándose sin plazo para su solución
La clausura del vertedero de Santovenia de la Valdoncina por saturación propició -el primer día del año 1997- el largo peregrinaje de la basura, sobre todo, la de León y todo su alfoz. Primero la Junta Vecinal de Calzada del Coto permitió que los residuos fueran trasladados allí. Cuando está solución llegó a su fin, la basura tuvo que ser llevada a Cogersa, el centro de tratamiento de residuos del Principado de Asturias. Como esta solución resultaba muy cara y a la espera de la construcción en la provincia de un CTR -impulsado desde la Diputación a mediados de los noventa, aunque tardó casi una década en cristalizarse-, la capital comenzó a embalar sus desechos en el 2000 en fardos, a través de un sistema que compactaba la basura a razón de aproximadamente una tonelada por bala. Primero fue en Trobajo del Cerecedo, luego tomó el relevo El Ferral y por último Valdefuentes del Páramo. Los fardos dejaron de crecer, pero todavía siguen en estos lugares almacenados.