Incertidumbre sobre el futuro en las puertas de la prejubilación

Miguel Ángel Llorente, vigilante de plantilla y encargado de supervisar el trabajo de la rozadora de carbón en la mina El Abuelo , irradia felicidad por los cuatro costados. No en vano, sus 20 años en la mina le permitirán alcanzar la edad física de prejubilación marcada por el nuevo Plan del Carbón en menos de un año. «Parece que las cosas van a rodar bien para el sector al menos hasta el 2013 si se confirman los acuerdos que se han alcanzado», señala Llorente, sin olvidar que su padre jubilado hace varios años acabó con silicosis y hoy vive gracias al oxígeno. Afortunadamente él no padecerá esa situación, hoy prácticamente erradicada, tras duros años de oficio en un pozo minero. No es tan optimista Rafael Olea, que trabaja picando carbón y padeciendo el ensordecedor ruido del tradicional martillo junto al polvo generado en un taller de amplias dimensiones. «Aquí las capas son más difíciles de picar que en Barruelo y hay bastante más trabajo», se lamenta, consciente de que aún le quedan varios años para prejubilarse. La salida al exterior, atisbando el final del túnel de acceso al pozo plano Las Cuevas , termina con varias horas de oscuridad. Una fina capa de nieve aparece en los montes colindantes al único yacimiento de carbón palentino. Ha salido el sol y el día se despeja, como queriendo aclarar un futuro hasta hace pocos meses incierto para el último reducto de familias que aún vivirán unos años más del oro negro en la Montaña Palentina.