La aspersión alcanza sólo a un 10% de los regadíos leoneses
La Seiasa del Norte promueve el proceso de revolución más importante del que están pendientes los regadíos leoneses; el riego a demanda por ordenador debería sustituir a lo largo de los próximos tres años las viejas acequias que reparten agua a parte de tres comunidades de regantes. El Páramo Bajo, el Páramo Alto y parte de los cinco primeros sectores de la Margen Izquierda del Porma, están incluidos en diversas fases en los planes de modernización que patrocina la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias, que preside el leonés Graciliano Palomo. La voluntad de los regantes para someterse a la transformación no transcurrió a la misma velocidad que los trámites burocráticos que impulsó la administración para facilitar la modernización de los viejos sistemas de regadíos. El Páramo Bajo (casi 30.000 hectáreas) fue declarado de interés general susceptible de acogerse a la modernización del PNR 2000-2008 el 29 de diciembre de 1999; a lo largo del año 2000, el gobierno concedió esta salvaguarda a otras diez comunidades, la más importante en volumen, la comunidad del Páramo Alto, que suma 16.000 hectáreas. Las siete mil hectáreas de los canales alto y bajo del Bierzo fueron declarados de interés general a finales del 2004. El expediente de modernización más avanzado ahora corresponde a las cuatro mil hectáreas pertenecientes a los primeros sectores de la margen Izquierda del Porma, que aceptaron someterse a la modernización. El retraso que sufre la provincia leonesa en este proceso de eliminación de viejos sistema de riego aún alcanza porcentajes preocupantes. Prácticamente, el 90% de la superficie regable de León recibe el agua por superficie. Unas diecisiete mil hectáreas disponen de sistemas de aspersión, que es la fórmula a la que camina el campo a través del innovador sistema a demanda que reduce gasto de agua, consumo de energía o factura de fertilizantes. Además, el normativa europea prevé aplicar en cuatro años penalizaciones por consumo excesivo de agua en el riego por la figura de la condicionalidad.