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Un siglo de reivindicaciones

La Cámara de Comercio cumplirá en el 2007 sus primeros cien años de vida, como herencia de aquella «generación espléndida de hombres decididos y generosos» El «corte italiano» de Cárden

La fachada de la nueva sede de la Cámara de Comercio, hasta ahora chalé Fierro, desde ahora palacete

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María Jesús Muñiz - leónm. j. m. | león
León

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«Justamente en aquel momento crucial, cuando León comenzaba a agitarse y se perfilaban las primeras infraestructuras que acreditaban la disposición fundadora de una generación espléndida de hombres decididos y generosos. Fue entonces cuando tuvo lugar el acontecimiento, cuando se produjo el milagro de León: con la sabia y santa obstinación de quienes se saben precursores de un tiempo histórico, digno de anotación, un puñado de leoneses beneméritos forman, inventan, construyen la Cámara Oficial de Comercio e Industria de León». Son las palabras de quien conoce bien una institución casi centenaria, como él mismo. Victoriano Crémer, hombre ligado a la institución empresarial en una de las múltiples facetas del polifacético e inagotable escritor y periodista, participó en una obra que resumía los primeros cincuenta años de vida de la Cámara, y más recientemente en una nueva edición en la que, a la reedición de aquel primer tomo conmemorativo, se sumaron las aportaciones de quienes resumieron cien años de vida económica de la provincia. Fue un 22 de septiembre de 1907, cuando un «grupo de comerciantes y entusiastas leoneses» decidieron formar una Cámara de Comercio de Industria en León, haciendo realidad un sueño que se había iniciado en 1901, tras aprobarse el decreto regulador de estas instituciones empresariales. En aquella reunión participaron hombres insignes de la época, apellidos que aún hoy permanecen íntimamente ligados al devenir económico de la provincia: Mariano Andrés, Luis González Roldán, García Lubén, Alfageme, Eguiagaray, Morán, De Blas, Guerrero, Llamazares, Del Valle, Santos, Guerra,... Tras su constitución el 6 de noviembre de 1906, la primera sesión se celebró a principios del año siguiente, haciendo gala ya de un talante reivindicativo claro: «Se reclama al Ayuntamiento, que para resarcirse de la Ley de Desgravación de los Vinos crea una serie de impuestos que la Cámara considera enormemente lesivos para el comercio». Ese mismo año, con Francisco Sanz como primer presidente, acuerdan «elevar una exposición al ministro de Hacienda pidiendo una ley más severa y eficaz para castigar a los falsificadores de moneda y, principalmente, a los que fabrican los famosos duros sevillanos ». Dos años después de su creación la Cámara de Comercio de León pone en marcha la que sería una de sus más destacadas iniciativas, la creación de una Escuela de Comercio en León, bajo la iniciativa de León Martín Granizo. Eran años en los que la vinculación de la institución con los prohombres del momento no dejaba lugar, sin embargo, a confusiones. Así, por ejemplo, se rechazó asistir a Madrid al homenaje que se organizaba a Fernando Merino «por entender que ello equivaldría a significarse políticamente». Sus actuaciones en aquellos primeros años del siglo se centraron ya en los intereses del comercio y la industria local (obligatoriedad de utilizar el sistema métrico, denunciar los «vejámenes y atropellos» que la Ley de Consumos causaba al pueblo de León, protestar por la «subida injustificada» de los precios, pelear permanentemente contra el comercio ambulante,...). Pero sin olvidar la implicación con los intereses sociales de la provincia, como quedó de manifiesto con la creación de una junta de caridad para socorrer a presos y asilados; o la iniciativa para construir una plaza de toros en la capital. La demanda permanente de infraestructuras de transporte ha sido también una «marca de la casa» de este casi siglo de vida, así como el impulso de una «fuerte federación patronal leonesa»; o la realización de los estudios sobre la estructura de la economía provincial, cuyo primer número vio la luz en 1934, y fue «el primer estudio económico integral que se había hecho en la provincia». En 1957 se abre la primera oficina de la Cámara en El Bierzo, que en breve contará también con una sede en un edificio emblemático de la capital berciana. El recinto ferial en el Estadio Antonio Amilivia o la Fundación de la Cultura Minera son dos de los grandes retos de futuro que afronta esta institución centenaria, centrada en dar servicios a las empresas en cuestiones básicas como la internacionalización, la formación o la mediación con las administraciones. La Cámara es hoy, en fin, resultado de la socidad leonesa que la engendró. De nuevo en palabras de Crémer, «reconstruye la arquitectura de la clase social comercial leonesa, sucesora y heredera del espíritu que animara la vida mercantil leonesa desde sus orígenes legionarios y su desarrollo a través de hermandades, gremios y cofradías.

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