OBITUARIO
Andrés Suárez vuelve donde solía
EN UNA ceremonia de indudable tinte universitario tuvo lugar ayer, en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León, bajo la presidencia del Excmo. y Magfco. Rector Ángel Penas y del Decano de la Facultad de Veterinaria Juan Francisco García Marín, compañeros de Claustro y de otras Facultades, con la presencia de la esposa de Andrés Suárez y de varios hijos del malogrado maestro, se procedió al depósito de la urna con las cenizas que cuenta con una lugar específico y sobre el cual se fijó una lápida de mármol donde se lee el nombre de Andrés Suárez Suárez y se recuerda que fue profesor de la Facultad de Veterinaria para resaltar su carácter de «Procer y Primer Rector de la Universidad de León». Una vez más mi estancia en León me permite formar parte de la comitiva que acompaña a la familia; todos los que tuvimos la suerte de ser sus amigos en el Colegio Mayor César Carlos, años de tribulación con las oposiciones encima, recordamos que a Andrés, con el máximo respeto, se le llamaba «el santo». Y lo era no por postiza beatería, que Andrés no tenía, sino por concurrir en él -y lo saben todos los suyos- las condiciones que el gran D. Antonio Machado estableció para siempre: Ser bueno en el sentido más noble de la palabra. He dejado la breve ceremonia y me he puesto a escribir unos recuerdos rápidos; creo que hoy mi amigo y compañero Andrés Suárez ha vuelto «donde solía»: a la Facultad de Veterinaria, a su Campus y en esa Universidad de León que con denuedo puso en marcha. *Fabián Estapé es catedrático emérito de la Universidad de Barcelona.