Consumo va a inspeccionar mil establecimientos para evitar irregularidades
La Inspección de Consumo de la Consejería de Sanidad controlará a partir del lunes unos 1.000 establecimientos de la comunidad, entre distribuidores, autoservicios, supermercados, hipermercados y tiendas especializadas, con motivo del inicio de las rebajas de invierno. Durante las rebajas, que se prolongarán hasta el 6 de abril, la Consejería desarrollará una campaña de inspección y control que será más intensiva durante los dos primeros meses, mientras que en marzo se seguirán las actuaciones iniciadas. En las visitas, los inspectores controlarán, preferentemente, artículos textiles y de confección, artículos de marroquinería y de viaje, material de deporte, calzados, muebles y decoración, artículos de regalo, aparatos de uso doméstico, artículos de perfumería y mercería, peletería, aparatos de iluminación, equipos informáticos, equipos de música y bisutería, entre otros, según informaron fuentes de la Junta en un comunicado. Consumo también atenderá al cumplimiento de las normas en aspectos tales como locales donde se realizan las ventas y la ubicación de los productos, el anuncio y la duración de las rebajas, los tipos de productos, la calidad, el precio, la publicidad, el pago con tarjetas, la sustitución de los artículos y la devolución de sus importes. Datos de la campaña 2005 Durante la campaña del 2005, la Junta inspeccionó 1.035 establecimientos en la comunidad. El 85% de las actuaciones realizadas entonces se refirió a productos textiles, de confección, calzado y artículos de deporte, consistiendo el resto de intervenciones a marroquinería, artículos de viaje, informática, música y demás productos industriales, hasta alcanzar los 1.531 artículos inspeccionados. De los aspectos controlados, en el 39,78% de los casos se encontró incumplimientos a las disposiciones vigentes que se aplican en la venta. Por tipos de productos, las infracciones más frecuentes fueron que los establecimientos o los productos carecían de la información o leyendas obligatorias, no existían hojas de reclamaciones, no aparecían indicados los precios correctamente, no aparecía la identificación el domicilio del responsable en los productos y había deficiencias en el etiquetado.