«¿Nadie va a hacer nada?»

«¿Nadie va a hacer nada hasta que no ocurra algo realmente grave?; ¿quién dio el visto bueno a las certificaciones de obra para dar de paso el edificio?». Estas son algunas de las preguntas, sin respuesta, que se hacen los vecinos de El Jardín de San Andrés después del susto que se llevaron en la madrugada del jueves y cansados de exigir una solución, algo que han hecho desde el primer día que ocuparon sus nuevos hogares. Y es que, según los informes técnicos, la chimeneas están mal construidas, de tal forma que no tienen el tiro suficiente para asumir los humos y gases procedentes de las calderas individuales de gas instaladas en cada vivienda. O la campana o la caldera Incluso en alguno de los bloques, la viga de separación entre las viviendas tapa la chimenea. Además, a esto hay que añadir, que como la salida de humos es la misma para la caldera y para la campana extractora no pueden utilizar al mismo tiempo ambos electrodomésticos. Es decir, que el agua caliente y la calefacción son incompatibles con el uso de la campana y además, en muchas ocasiones, no sólo no aspira, sino que devuelve el humo generado. O sea, que realizar actividades tan cotidianas como cocinar y tener la calefacción encendida la mismo tiempo no es posible. «En algunos edificios la salida de la chimenea está tapada; en otros ya obstruida por tener el mismo conducto que la campaña; y en otros tiene forma de codo, lo cual dificulta mucho la llegada al exterior de humos y gases», explica uno de los representantes vecinales. «Todas las salidas van al mismo sitio», insiste. El Jardín de San Andrés tiene cinco años de antigüedad, aunque las últimas viviendas se entregaron hace, tan solo, tres años.