«Tengo el presentimiento de que este año tiene que ocurrir algo bueno»

La familia de Sheila Barrero, asesinada el 25 de enero del 2004 en el alto del puerto de Cerredo, frontera entre León y Asturias, continúa su lucha particular para tratar de mantener viva la investigación sobre la horrenda muerte de su ser querido y que se haga justicia de una vez por todas. Inmersos en un gran dolor, pero al mismo tiempo esperanzados, sus seres más allegados, representados por su hermana, Mónica, aseguran que no abandonan la lucha. «Tengo el presentimiento de que este año tiene que ocurrir algo bueno, no sé si será fruto de la desesperación, de la fe o que realmente pasará algo. Algo bueno nos tiene que pasar», declaró Mónica de forma pausada y muy reflexiva. La familia no se rinde, lucha en la confianza de que el crimen de su hermana acabará aclarándose, «el tiempo nos dará la razón, tardará, pero se hará justicia gracias a las personas, creemos en la voluntad del trabajo de la gente», manifestó Mónica, quien también aclaró que «en la justicia albergamos pocas esperanzas, ya que si hubiese justicia el caso estaría resuelto y mi hermana no habría muerto». El recuerdo de Sheila sigue muy vivo entre sus familiares y amigos, y como puntualizó Mónica, «cada día más vivo». La impotencia es otra de las sensaciones, «los días pasan y no hay avances, todo sigue igual», según Mónica. Más o menos fuerza El estado, tanto psicológico como físico por el que atraviesa toda la familia es muy malo, ya que según la propia Mónica, «no está en la cárcel el que debiera». Algunos días se amanece sin fuerza y otros con mucha. En estos momentos, la hermana de Sheila aseguró encontrarse con mucho ánimo. Los amigos y la familia pretenden que lo ocurrido no quede en el olvido, por lo que en estos momentos trabajan en la preparación a conciencia de una nueva manifestación en la que esperan congregar a muchísima más gente que en anteriores ocasiones. El mes elegido para la celebración de la misma pudiera ser mayo y sobre el lugar por el que discurriría la misma barajan varias posibilidades. En cuanto a los avances en la investigación, la información policial llega por medio de sus abogados. Sin embargo, la familia no permanece de brazos cruzados y también realiza gestiones con el objetivo de aclarar lo sucedido hace dos años a primera hora de la mañana de un domingo. Mónica concluyó sus argumentos de forma muy clara: «Al asesino no lo perdonamos, pero nos gustaría que los que están a su lado hablaran. A esos nosotros sabríamos perdonarles, Para hablar nunca es tarde». «Al asesino no lo perdonamos, pero nos gustaría que los que están a su lado hablaran» MÓNICA BARRERO