Porque el amor no mata

Cada dieciocho segundos una mujer es asesinada en el mundo y en más del 20% de los hogares españoles existe un hombre que maltrata a su pareja. Los fríos datos de la violencia machista fueron acompañados ayer por la imagen progresivamente mancillada y amoratada de una mujer mientras en el texto se leían palabras de amor. El montaje está inspirado en una campaña oficial francesa contra el maltrato. Era a las ocho de la tarde en la plaza de Botines de León, escenario desde el mes de abril del año pasado de los «Lunes sin sol», organizados por la plataforma contra la violencia machista de León como repulsa a los asesinatos de mujeres en España cada semana. En lo que va de año, seis semanas, catorce mujeres han muerto «por ser mujeres», subrayó Laura Fernández, que en representación de Izquierda Unida leyó ayer el manifiesto. Ni las razones biológicas, el mito de que el hombre es más agresivo, ni las adicciones, como el consumo de drogas y alcohol, ni los malos tratos en la infancia -subrayó el manifiesto- justifican ya la violencia hacia las mujeres. Abogó también por superar la culpabilización de las mujeres como responsables de los malos tratos que reciben. Ni los celos, ni la ira del abandonado justifican un golpe. Hay que poner el acento, dijeron, «en los hombres que agreden» y «en su responsabilidad» porque «paradójicamente en este terrorismo sexista, los culpables de que ocurra parecen ser las víctimas». La concentración, apoyada por quince colectivos, dejó claro que la «verdadera causa es la desigualdad entre hombres y mujeres, el no querer remover la cultura patriarcal en la que estamos inmersos y la distinta valoración que se hace de hombres y mujeres». Asimismo, recalcaron que «la desigualdad de poder permite y facilita el aprendizaje y la práctica de la violencia». En este sentido, criticaron la falta de inversión en las medidas preventivas incluidas en la ley integral contra la violencia de género que entró en vigor hace un año y de modo especial la impunidad de la publicidad sexista y la falta de revisión de los valores que se transmiten en la educación no formal.