Los equipos de trabajo realizaron 500 controles de potabilidad y cloro

El control de alimentos es sólo una mínima parte del trabajo que llevan a cabo los servicios de protección de salud. Estos equipos de trabajo efectúan también los controles de potabilidad de las aguas de consumo humano, las torres de refrigeración para evitar posibles transmisiones de legionella o realizan el control de los establecimientos dedicados a la práctica del tatuaje. En sólo un año, los equipos veterinarios y farmacéuticos dependientes de la administración autonómica realizaron 46.296 determinaciones de los niveles de cloro en las aguas de abastecimiento público y 4.763 controles de potabilidad de los suministros acuíferos. Además, según los datos de la memoria de actividad, más de mil cien fuentes públicas sin acceso a la red general de suministro pasaron el visto bueno de los servicios sanitarios. Aguas de recreo La administración autonómica ha de llevar a cabo asimismo el control de las aguas de recreo, cuya vigilancia está regulada por un decreto con trece años de vigencia. El control del PH y nivel de cloro es imprescindible para la autorización de funcionamiento. Los servicios sanitarios supervisan el funcionamiento de 149 piscinas al aire libre y 16 cubiertas en la provincia lo que conllevó un total de 1.461 visitas de los inspectores y algo más de 1.300 controles de los componentes químicos. La prevención de posibles casos de contaminación por legionella llevó a la administración sanitaria a efectuar 120 inspecciones en las torres de refrigeración y en los condensadores evaporativos, y a controlar 61 establecimientos pertenecientes a 51 empresas notificadas.