Diario de León

| Reportaje | El antruejo en Alija del Infantado |

Los birrias salvan a la villa

Los jurrus, encarnación del mal, pierden la batalla alentada por doña Cuaresma y sólo consiguen atemorizar a los vecinos antes de que su jefe supremo arda en la hoguera

La sangrienta invasión estuvo plagada de ritos ancestrales

La sangrienta invasión estuvo plagada de ritos ancestrales

Publicado por
Maite Almanza - la bañeza
León

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La vieja villa de Alixa sobrevivió un año más al temible ataque de los jurrus, escenificado en un ritual que hunde sus raíces en la noche de los tiempos y que atrae cada año a cientos de personas a la plaza Mayor de la localidad. Ayer no fue una excepción. El Gran Jurru, demoníaca criatura, despertó de su letargo en el poblado tribal para atemorizar a los vecinos e intentar sembrar el mal. Con inquietantes movimientos, salió de su cabaña y prendió las hogueras infernales, símbolo de su intención satánica. Sus secuaces, al sonido del gong, se reunieron en el campamento de chozas construidas con ramas para obedecer la orden del gran jurru de iniciar un festival de violencia. Las bestias amenazaban a los asistentes con sus tijeras y emitían maléficos sonidos que acrecentaban el temor. En vista del panorama, la corregidora dio la voz de alarma a los vecinos. El cortejo se organizó rápidamente para implorar el auxilio de doña Cuaresma, que decidió abandonar su retiro en la iglesia de San Verísimo y aceptó el reto de defender la villa. Apeló a los arrepentidos birrias, no sin antes abrir las puertas del castillo para cobijar a los horrorizados alixanos. El Birria Mayor dio la orden de caza y captura del Gran Jurru, lo que encolerizó a éste y a sus secuaces, que comenzaron a incendiar y destrozar cuanto encontraban a su paso. El desigual combate entre el bien y el mal -que portaba unas huestes más numerosas- se saldó con la derrota del segundo: el gran jefe jurru ardió en la purificadora hoguera, y sus seguidores fueron capturados. Los vecinos de Alixa recuperaron fuerzas tras el pánico con una invitación popular a alubias, cortesía de la empresa Arridola -que preve instalar una envasadora en la villa- en colaboración con el Ayuntamiento.

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