La nieve no pudo con la sangre caliente

La nevada de ayer no desanimó un ápice a los bañezanos, que se lanzaron a las calles a honrar a don Carnal. Es comprensible: el pregonero les había dado permiso, y las autoridades fueron cómplices con descaro. Alguna de ellas recurrió incluso al equívoco, ocultando su identidad bajo un disfraz. Pero no importa: el balcón consistorial fue punto de referencia en la fría noche, que se tornó caliente cuando Benigno Castro enalteció los ánimos de todos. Salió triunfante de su empeño; le acompañaron para darle suerte la Musa del carnaval y la Reina de las Fiestas, que dieron un toque de glamur al acto.