Entre un seis y un diez por ciento de leoneses enferman de gripe al año
La gripe es, pese a sus bajos registros de este año, la enfermedad infecciosa vacunable más común en la provincia de León, con cifras que, en muchos casos, multiplican por mil los casos de otras patologías. Según los datos recogidos en el Boletín Epidemiológico Nacional, que establece todos los casos detectados de enfermedades de declaración obligatoria como es la gripe, esta patología registra en León una tasa que en años «normales» supera los 2.500 casos por cada cien mil habitantes. En el análisis del siglo, fue precisamente el año 2003 el que contempló una incidencia de la gripe más alta, con una tasa de algo más de 6.500 casos por cada cien mil habitantes y una cifra de más de 32.000 pacientes diagnosticados y tratados. El pasado año, la tasa rondó los 500 casos por cada cien mil habitantes, una cifra también muy baja y que demuestra, según los expertos sanitarios, la efectividad de las campañas de vacunación. Las tasas de incidencia varían mucho en función de la edad, pero habitualmente el grupo más afectado (o que más acude al médico por los síntomas) son los niños de 5 a 14 años. En cambio, los mayores de 65 años son, históricamente, los leoneses que padecen menos infecciones gripales debido a esas campañas de vacunación que llegan al 80% de los mayores desde hace años. Inmunización El temor a la gripe aviar entre la población en general y el incremento de los grupos de riesgo incluidos en los programas oficiales de vacunación (este año trabajadores de granjas y mataderos así como trabajadores sanitarios) ha llevado este año a unos valores de cobertura vacunal mucho más elevados que en ocasiones anteriores. La distribución de algo más de 130.000 dosis hace que uno de cada cuatro leoneses esté vacunado este año contra esta infección respiratoria. Los responsables del servicio de Epidemiología autonómico consideran que aún es prematuro saber si ese incremento de la vacunación podrá influir en las tasas finales de infección. «Es evidente que el incremento de la vacunación disminuye la incidencia en esas poblaciones pero no se puede saber aún que va a pasar con el resto de los grupos de edad». Las tasas de incidencia anual dependen, explicó este experto, más de la mutación del virus que de otros factores como la inmunización de la población. «Es obvio que el incremento de la vacunación es positivo ya que reduce la mortalidad y la morbilidad en esos grupos de edad, a lo que llega la vacunación de forma masiva, y que son más vulnerables», apunta.