Después de dos décadas de PAC, el campo leonés perdió más de la mitad de sus activos
Los productos agrarios se cotizan hasta un 20% menos que hace diez años
La caída de la renta en un 10,6% define el último ejercicio del sector agrícola
Veinte años de Política Agraria Común (PAC) han terminado por dejar al campo leonés con una ocupación del 7,8% sobre el total de la población ocupada de la provincia. Cuando la política europea comenzó a influir en la actividad agraria española ese porcentaje superaba con creces el 20%. La revolución que supuso la entrada en vigor de la PAC parece aún inacabada, tal y como se desprende del censo de agricultores a título principal que dejaron el campo en el último año en León: no hay más de 9.600 ganaderos o agricultores (según los datos de la afiliación al régimen especial agrario de la Seguridad Social por cuenta propia). Otro recelo de los profesionales del campo ante la afectividad de la Política Agraria Común se interpreta a partir de la variación de los precios de los productos agrícolas, que suele encabezar las quejas del sector. La expresión «pagan ahora menos que hace diez años» es literal en la cotización de productos como el trigo (hasta un 20% menos), el maíz (que se pago hoy un 16% menos que a mediados de la pasada década) o la patata (que en diez años ha perdido un valor medio de diez puntos). Los precios del vacuno y el ovino, que representan una parte esencial de los ingresos del campo, tampoco se ajustan al incremento del coste de la vida. El desfase del valor puede justificar por sí solo el siguiente indicador que lleva a los profesionales y organizaciones agrarias a declararse, casi, en estado de extinción: la renta agraria -que en el tiempo en el que ha regido la PAC ha llevado al campo hasta el 90% del nivel medio de renta española- cayó en el último año un 10,6%. El dato, que fue facilitado por el Ministerio de Agricultura, se queda corto para los cálculos que hace el propio sector El último chequeo Asaja León cuestiona que los gastos para los agricultores se hayan limitado a un 1,8% de incremento con las fuertes subidas experimentadas en los precios de gasóleo, piensos o fertilizantes; que las amortizaciones subieran casi cinco puntos y que las ayudas compensatorias (de la PAC, precisamente) sufrieran un descenso próximo al 3%. El futuro que puede aportar la PAC a León tampoco llena las perspectivas de desarrollo que esperan las organizaciones agrarias, que estiman reducciones en la aportación de hasta el 7% sobre las ayudas que se actuales que aporta Bruselas, de entorno a los 80 millones de euros por ejercicio). En base al acuerdo de reparto de fondos previstos hasta el año 2012 con los últimos países de pleno derecho en la Unión Europea, la agricultura leonesa dejará de percibir cerca de cinco millones cada año.