La pelea del emprendedor

La mayoría de las empresas nacen con grandes dificultades, y encuentran aún más problemas a la hora de consolidarse como una opción económica. Es así en parte porque la inmensa mayoría de las sociedades que se crean tienen un carácter unipersonal, más como recurso del autoempleo frente al paro que como convencimiento de una opción real de negocio. Y, además, porque el número de empresas que realmente son innovadoras y crean un alto valor añadido es realmente reducido. Por si esta realidad fuera poco, las trabas burocráticas y financieras suponen una carrera de obstáculos a mayores que las administraciones parecen incapaces de atajar, para afrontar unas políticas que realmente apoyen al emprendedor. Con el objetivo de buscar una salida a esta situación, el Gobierno encargó al Consejo Económico y Social (CES) un informe que reflejase claramente la situación de las empresas y las principales dificultades a las que tienen que hacer frente. El informe concluye que en España se crean más empresas que la media europea, pero tienen grandes dificultades para consolidarse. En general, las nuevas empresas se crean alrededor del «atractivo coyuntural» de algunos sectores, como el inmobiliario en los últimos años; o bien en actividades tradicionales como el comercio. Dificultades iniciales En general, sobreviven mejor aquellas empresas que tienen mayores dificultades para ponerse en marcha, muchas veces del sector industrial. Los empresarios individuales son los que tienen un mayor índice de «moralidad» empresarial. Según el CES, son sin embargo factores sobre los que el emprendedor no tiene control los que suelen plantearle mayores dificultades: la falta de apoyo financiero y la complejidad administrativa en primer lugar; pero también la falta de cultura innovadora en España, un sistema educativo poco propicio a la actividad emprendedora o una escasa valoración social de estas actividades. La importancia geográfica La localización geográfica de la empresa también tiene una importancia determinante en la supervivencia y el éxito, de forma que favorecen la actividad los ejes de crecimiento y zonas rurales con capacidad de desarrollo endógeno; frente a las zonas de antigua industrialización o periféricas, que presentan más problemas. El CES critica también la escasa coordinación de las actuaciones administrativas para promover el espíritu empresarial; así como el hecho de que la información sobre ayudas públicas es poco accesible. Proyectos como la ventanilla única empresarial se valoran como iniciativas acertadas, pero de resultados de momento muy modestos. El informe invita también a fomentar el uso de los microcréditos y las sociedades de garantía recíproca.