Se busca voluntario para cristo

La Diputación es una casa grande, pero con pocos servicios. De los de aseo. Existen dos en la planta de arriba, que se hicieron por la visita de los Reyes de España, en los que alivian sus necesidades los diputados gobernantes, y sólo uno abajo, donde no se diferencia entre hombres y mujeres. Ni si quiera tiene símbolo de esos enrrevesados que se ponen en los bares modernos. Quizá por eso, ninguno de los concejales del Ayuntamiento se atrevió a confundirse ayer y entrar donde no debía, que cuando uno sale de casa lo primero que debe ser es prudente. «Vamos a hacer honor a la casa que nos acoge con un debate ortodoxo», solicitó Rodríguez de Francisco, sentado bajo el busto del rey y a la sombra de los tapices, mientras Amilivia se acomodaba en el sillón regio del Palacio de los Guzmanes. «Pero no era al revés: que el que le movía la silla era García-Prieto a él», bromeaban en la zona de atrás de los bancos, donde también se dio mucha importancia al crucifijo que hay en la mesa presidencial hacia el lado de la bancada de los representantes populares y se apostaba quién de los presentes podía coger el testigo del cristo. En tan magno escenario, los ediles fueron tan formales que casi no levantaron ni la voz, ni se lanzaron puyas -«unos hacen cosas y otros las critican, eso es la democracia», dijo Amilivia-, ni se extendieron en demasía, ya que al margen del transporte, lo más comentado fueron los videomarcadores que habrá en el nuevo estadio: «A lo mejor ponen fútbol mientras juega la Cultural y es cosa de volver a sacar el abono», se chotaban los asistentes. Era la hora del vino y no se encontraba el servicio. «Se levanta la sesión».