La crisis del tripartito de Onzonilla paraliza la actividad municipal «Me encuentro muy a disgusto por la mala relación con el alcalde» «Está claro que no hay «feeling» entre los miembros del tripartito»

La crisis que sufre desde hace casi un año el gobierno tripartito de Onzonilla, formado por tres concejales del PSOE, uno de UPL y otro de Los Verdes, se ha agudizado en los últimos días tras fracasar todos los intentos para consensuar los presupuestos del 2006 y, sobre todo, para aprobar las nuevas normas urbanísticas, que permanecen en un cajón desde hace dieciséis meses, a pesar de ser fundamentales para el desarrollo del municipio. Ninguno de los protagonistas sabe poner fecha a la crispación que vive el equipo de gobierno, aunque reconocen que existe «una muy mala relación» que, de hecho, está impidiendo sacar adelante casi cualquier asunto municipal, porque entre ellos no logran el quórum necesario. El acuerdo entre los tres partidos se fracturó aún más a finales de diciembre cuando el socio leonesista, Ramón Fernández, propuso a su colega de Los Verdes, Belisario Fernández Soto, como responsable de las protestas por el Acceso Sur. La maniobra se materializó con una moción, que también votaron los cuatro ediles del PP, y que consiguió relegar en el asunto al alcalde, el socialista José Luis Suárez. Desde entonces, UPL y Los Verdes no han apoyado las propuestas que han ido planteando los socialistas, porque aseguran que no les consultan. En cambio, sí se han puesto de acuerdo con la oposición que ejerce el PP para dejar sobre la mesa los presupuestos y hasta el proyecto de las piscinas de Vilecha, cuya ejecución ha resultado más cara que el presupuesto inicial. Gobierno «debilitado» El resultado es un «Gobierno muy debilitado y sin consenso entre los socios, que está paralizando la actividad municipal, porque si entre ellos no se ponen de acuerdo para llevar los asuntos al pleno y tener los votos suficientes, no vamos nosotros a aprobárselo apoyando al PSOE», explica el popular Miguel García Canseco. La oposición está dejando que el tripartito se desgaste solo, aunque han tentado varias veces a Fernández Soto «para solucionar este desgobierno», reconocen. La indecisión, hasta ahora, del concejal de Los Verdes para romper el tripartito y establecer una nueva alianza con el PP es la que ha frenado el cambio efectivo de timón en Onzonilla. Sin embargo, Fernández Soto reconocía ayer mismo que la situación está perjudicando al municipio, que él se encuentra muy a disgusto por la tirantez con el alcalde y que, quizás, debería adoptar una decisión que enderezara el rumbo del Ayuntamiento. Este periódico quiso conocer la opinión del regidor, pero se encuentra de vacaciones hasta el próximo lunes. El concejal de Urbanismo y primer alcalde del tripartito, Belisario Fernández Soto, tiene en su mano la llave del cambio en Onzonilla. Asegura que se encuentra «muy a disgusto por la mala relación con el alcalde», con el que no se habla prácticamente, y «desilusionado». Es más, considera que Suárez «no stá capacitado para dirigir el Ayuntamiento porque es impensable que siga llevando asuntos a los plenos que no ha consensuado con migo o con el concejal de UPL». De ahí, que «ni los presupuestos ni algunos asuntos urbanísticos se hayan aprobado, porque no los respaldamos», admite. Fernández Soto considera «anómala» la situación y reconoce que ha tenido ofrecimientos del PP para alcanzar un acuerdo. «Si no ha fraguado ha sido por mí, que no me he decidido, porque creía que seríamos capaces de enderezar el tripartito. A estas alturas, he comprobado que no y debería reflexionar cómo cambiar la situación para que el municipio avance». El portavoz del PP en Onzonilla y ex alcalde, Victorino González, asegura que «está claro que no existe feeling entre los miembros del tripartito, ni siquiera entre los concejales del PSOE con el alcalde, lo que ha paralizado totalmente la actividad municipal». El PP, según reconoce, ha realizado varios ofrecimientos al concejal de Los Verdes, Belisario Fernández Soto, para cambiar el Gobierno, «pero no se ha decidido y casi, ahora, a un año de las elecciones, no merecería ni la pena». Los populares creen que «es un absoluto error la falta de diálogo municipal, porque está perjudicando al municipio», pero no se plantean apoyar al PSOE en sus cismas con los socios del tripartito para sacar adelante las normas urbanísticas o los presupuestos. González lamenta que el alcalde «no hable con nadie», a su juicio, y cree que «no sabe gobernar, porque sin querer hacer la cosas mal, no las puede hacer peor». Augura que el deterioro continuará y que pocos asuntos se aprobarán.