La reforma estatutaria, un genérico

Hora: A partir de las 20.00 Lugar: Club de Prensa, Gran Vía de San Marcos, 8 (entrada por calle Fajeros) Entrada: Libre hasta cubrir el aforo «Contra lo que decían muchos agoreros, el Estado de las autonomías ha funcionado muy bien estos 26 años», señalaba ayer el catedrático Carles Viver Pi-Sunyer, ex vicepresidente del Tribunal Constitucional y director del Instituto de Estudios Autonómicos de la Generalitat de Catalunya, que advierte no obstante que el reconocimiento de la bondad del sistema no implica que no se puedan introducir reformas para mejorarlo. Además, Viver asegura que tras estudiar todas las reformas que se están planteando en la práctica totalidad de los estatutos de las 17 comunidades autónomas, ha identificado una coincidencia casi absoluta en las metas que se plantean, que él mismo ha dividido en siete capítulos. El primer bloque de reformas se refiere según este investigador a reforzar los aspectos simbólicos y de indentidad de cada autonomía, para lo que se suele utilizar la historia en un intento por anclar la propia región en acontecimientos anteriores a la propia Constitución. En segundo lugar, Viver señala la incorporación a los estatutos de unos listados concretos de derechos y deberes de los ciudadanos de cada autonomía. Este constitucionalista contesta a las críticas políticas, muy centradas en Cataluña pese a ser un planteamiennto general, que se basan en que los derechos y deberes de todos los españoles deben ser los mismos. Viver advierte que los derechos fundamentales sí que deben ser iguales, pero hay otros, derivados de las propias competencias de cada comunidad, que son una consecuencia de la diversidad que constituye la esencia misma del Estado autonómico. Otro gran bloque de reformas serían las que persiguen mejorar el funcionamiento de los órganos de autogobierno de cada comunidad. El cuarto bloque, según Viver, lleva a las autonomías a acercar al máximo el Poder Judicial, pese a que esta es una de las grandes reservas de poder del Estado central, a través, por ejemplo, de una potenciación de los tribunales superiores de justicia. La ampliación de las competencias es el quinto de los grandes bloques, mientras que el sexto persigue una mejora de las relaciones de las autonomías con el Estado y la Unión Europea y de las autonomías entre sí. Viver citó este punto como un ejemplo más de que el polémico Estatut catalán no es separatista, como denuncian los conservadores: «El Estatut catalán es para quedarse en el Estado, y no para marcharse; es el primero que dedica un capítulo entero a las relaciones con el Estado», advirtió. Finalmente, todos los estatutos plantean en sus reformas vías para mejorar la financiación de sus competencias. Según Carles Viver, todas las reformas estatutarias de España persiguen estos objetivos y acabarán teniendo grandes parecidos.