Cultivos eléctricos

Al sur de León florece una alternativa paralela a los cultivos tradicionales y asentados en esta zona de la provincia. Grupos inversores y empresas, ajenos hasta ahora a la actividad agraria, se han lanzado a la compra de tierras de secano para construir instalaciones solares fotovoltaicas, a todos los ojos el negocio más rentable que va a dominar en el campo leonés. Al lado de tierras dedicadas al cereal de invierno, principalmente, altramuces y alguna que otra experiencia con el girasol, crecerán de ahora en adelante campos para la obtención de energía eléctrica. La fiebre no alcanza a los terrenos dedicados al regadío, porque se estima este entorno menos adecuado para la generación de electricidad a partir de la energía solar. De hecho, los proyectos que hasta la fecha se han solicitado en terrenos con acceso al agua que hay en las vegas del Esla, por ejemplo, no han superado el impacto ambiental. En las partes más altas de estos parajes, las parcelas que tienen buena orientación hacia el mediodía son buena prueba de la alta demanda que experimenta el mercado: por una hectárea se llegan a pagar 18.000 euros. La cotización de estas tierras deja entrever la rentabilidad del negocio de una planta fotovoltaica. La normativa que regula la producción de energías alternativas garantiza la venta de toda la electricidad que se produzca por este sistema. Y la amortización de la inversión se prevé a la vuelta de tres lustros. Algunas entidades bancarias ya avalan las operaciones financieras para la puesta en marcha de estos campos solares con créditos especiales que hacen imperceptible al inversor la carga del préstamo. Las tierras del sur leonés observan un nuevo inquilino que florece al lado del maíz, la remolacha, la alfalfa o los cereales; el quinto cultivo, se va a hacer notar y no necesita más que sol para ser rentable.