«Sólo vemos el pico de la pirámide de la violencia»

Carmen Carlón es veterinaria de profesión y está vinculada al movimiento feminista de León desde los años setenta. Hace quince años, las mujeres de Flora Tristán se plantearon el vacío asistencial que sufrían las víctimas de agresiones sexuales. El caso del «violador del chándal», un individuo que mantuvo atemorizada a la ciudad por sus repetidos ataques a mujeres, fue el aldabonazo para fundar Adavas. -¿Cuál es el reto de Adavas quince años después de su fundación? -El mismo, intentar acabar con el problema de la violencia hacia la mujer. Empezamos con poco y tenemos dos psicólogas, dos abogadas y un abogado, además de la atención al público y telefónica. -¿Ha cambiado la percepción social de la violencia? -Sí, la sociedad empieza a ver el problema con otros ojos. Ayer ví en televisión cómo abucheaban a un maltratador, cuando hasta ahora se pensaba que la culpa era de las mujeres. Es importante que se considere delito y que haya un soporte penal. Eso y la cobertura de la administración anima a muchas mujeres a denunciar. -La mitad de las mujeres en tratamiento no ha denunciado, ¿qué significa este dato? -Que en las estadísticas estamos viendo el pico de la pirámide de la violencia. No se llega aún a los casos reales porque la sociedad todavía culpabiliza y las mujeres viven a veces situaciones económicas precarias. Hay mujeres con la autoestima tan baja que creen que tienen que aguantar. -¿A veces sienten pena de dejar a sus parejas? -Sí. Estamos educadas en la resignación y el perdón y muchas dan una segunda oportunidad pensando que va a cambiar. En el fondo somos redentoras. Mira el caso de la mujer que fue a buscar a su marido a la cárcel en Reyes, le daba pena, y luego la asesinó. -¿Cómo afrontar el problema de las inmigrantes? -Es complicado. Cada vez hay más y en situaciones muy precarias. Se da la violencia tanto de parejas de su mismo país, como de parejas que son españoles.