El misterio de la pistola y sus claves

Uno de los argumentos básicos del caso, la pistola con la que presuntamente se cometió el asesinato, fue objeto de largo debate, sin que al final se consiguiera determinar a ciencia cierta la implicación del arma. A criterio de la acusación, el revólver con el que se cometió el crimen, fue el que se presentó durante el juicio. Su paradero, en Puente Villarente, junto a un club nocturno, pudo ser descubierto gracias a la hipotética llamada de una persona anónima, que declaró haber visto a los sospechosos en la zona la noche en la que sucedieron los hechos, si bien, el testigo se negó a revelar su identidad, según el responsable policial encargado del caso. En el pantano La defensa desmontó la teoría de la fiscalía aludiendo que, el propio imputado que supuestamente disparó el arma, la arrojó a continuación al pantano de Barrios de Luna, a la altura del puente de la autopista a Asturias, en uno de los viajes realizados al Principado. Se quejaron las letradas de la defensa de que no se intentase siquiera realizar una inspección ocular a la zona, para tratar de encontrar el arma, porque, siempre según las abogadas, la policía entendió que, de ser cierta la hipótesis, sería imposible localizar un objeto tan pequeño en una extensión de agua tan grande, motivo por el que ni siquiera se intentó sondearlo.