Adif paraliza por cuestiones técnicas dos de las tuneladoras de Pajares

Los técnicos de la entidad pública empresarial adscrita al Ministerio de Fomento, Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), decidieron ayer ejecutar una parada técnica en dos de las cuatro tuneladoras que trabajan en la variante ferroviaria de Pajares. En el primero de los casos la parada afecta a la perforadora que ejecuta la galería de acceso que parte desde la localidad de Buiza y tiene un recorrido de 5,5 kilómetros hasta el entronque con los túneles principales. Ubicada en el Lote 2, los responsables han optado por «una parada técnica para el tratamiento del relleno del hueco que queda entre las dovelas y el agujero perforado por la máquina, así como del terreno que rodea la máquina de cara a disminuir la afluencia de agua desde la formación geológica cuarcitas de Barrios». Desde hace un mes, la tuneladora sufre una constante aportación de agua desde el terreno que impide el correcto montaje de los anillos, ya que todo ese líquido circula a través de la parte superior de las dovelas, es decir, entre el anillo y el terreno, circulando a través de la gravilla que se introduce en dicho hueco una vez montado el anillo. Esta situación produce el «lavado» del mortero que sirve de sustentación a la dovela, así como de la lechada que se inyecta para cementar la gravilla del relleno que va sobre las dovelas. El problema, en concreto, es que se llevan excavados aproximadamente 150 metros en la formación cuarcitas de Barrios y el agua se acumula en toda esa longitud y alcanza velocidades importantes en la zona del escudo. Por este motivo se produce el lavado del mortero y de la lechada. Hasta la fecha se han probado tratamientos habituales de sellado de la parte superior de las dovelas con espumas y reinyecciones de lechada a presión, pero que no han dado los resultados esperados. Por esta causa se ha decidido utilizar unas resinas que los técnicos esperan que resulten más efectivas para reducir el nivel de entrada de agua. Además se van a probar unos sistemas de perforación en avance desde la máquina para que sirvan como pretratamiento del terreno, con el que se intentará sellar las juntas que presenta el material fracturado para tratar de disminuir la entrada de agua cuando avance la máquina. Por último, se van a crear unas «arquetas» de recogida de agua para bombearla hacia el exterior, de forma que estén situadas antes del escudo, con la pretensión de que el agua no llegue a la zona de montaje de los anillos y no produzca el lavado del material. La segunda parada técnica afecta a la tuneladora del Lote 3 que entró en funcionamiento el pasado 8 de abril en la localidad asturiana de Los Pontones. Los responsables quieren consolidar el terreno que rodea la máquina «para posibilitar un avance con las máximas garantías de seguridad». El problema en este caso es que el terreno en el que trabaja la perforadora es un material muy suelto, denominado técnicamente lutitas, de la edad del Carbonífero, que se encuentra tremendamente deformado y tectonizado, por lo que presenta una fuerte inestabilidad ante la excavación. En el avance se ha generado una cavidad por encima de la tuneladora por la poca estabilidad y mal comportamiento de las lutitas. Proseguir el avance en estas condiciones supone un riesgo de que dicha cavidad aumente de tamaño y progrese hasta la superficie, con el peligro de que aparezca un cráter en medio del terreno. La situación aconseja realizar unos sondeos desde la superficie para definir la cavidad en cuestión, en función de cuyos resultados se rellenará la misma con mortero, con cuidado de no afectar a la máquina, para lo que se tratará de hacer una capa de protección de espumas en la rueda de corte de la tuneladora. También habrá que consolidar con inyecciones desde la propia tuneladora el material que se encuentra frente a la máquina, ya que está totalmente roto, producto del desmoronamiento de la cavidad. Para proteger los siguientes avances de la máquina, se realizará un paraguas de protección del avance con bulones de fibra de vidrio. El arranque está condicionado por la respuesta positiva de los tratamientos que se aplicarán en el terreno.