«Hay expectativas desmedidas en las células madre sin pruebas científicas»
El doctor, que pronunció una conferencia en San Marcos, asegura que queda «un largo camino que aún no se ha recorrido», pero reconoce su eficacia para regenerar tejidos
El doctor Damián García-Olmo, vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, asegura que aún es imposible vislumbrar qué darán de sí las células madre, reconoce que se ha demostrado su eficacia para regenerar tejidos pero para curar enfermedades «queda un camino largo y costoso que aún no se ha recorrido». El doctor, que ayer pronunció una conferencia en León, admite que los científicos están «asombrados y preocupados» por las falsas expectativas» generadas con estas terapias. -¿Son las células madre el futuro de la medicina terapéutica? -Habría que tener capacidad de vidente para poder contestar a esa pregunta, no hay una evidencia científica para poder decirlo. Estamos esperando qué puede suceder pero aún no se han recorrido los caminos científicos para dar esa respuesta. Es cierto que en campos como el de la cirugía se ha demostrado gran capacidad de curar y reparar heridas, existen aplicaciones y son eficaces, pero se le ha dado una importancia desmedida y puesto esperanzadas desmedidas en terapias que no pasan de una investigación inicial. -¿Quién ha marcado esos límites tan altos? -Fundamentalmente desde el mundo de la investigación básica se ha soltado la imaginación y se promete que se van a curar enfermedades, y todo el mundo se ha volcado y hecho eco de una expectativas no reales. Ocurre cada vez que se ha avanza en una terapia, ocurrió por ejemplo con la terapia génica que se alardeó de la curación de todos los cánceres con estas terapias y quince años después no tenemos ninguna evidencia. -¿Y eso se ha contagiado? -Sí, evidentemente. Nos hemos visto envueltos en un remolino en que los partidos sin atender a las verdaderas realidades científicas han tomado una u otra postura. Los investigadores clínicos estamos asombrados, y muy preocupados, por las noticias salidas desde los laboratorios básicos que prometen curas de enfermedades, como la diabetes, que aún no se vislumbran. Probablemente estamos muy lejos aún y los políticos y los medios de comunicación se han convertido en altavoces desmedidos. -¿Hay algún campo en que ya estemos cerca de una realidad?¿En el que se vayan a cumplir las expectativas? -No tengo ninguna duda. El camino científico es lento, requiere mucho rigor pero hay algunos campos en que ya nos encontramos en caminos de rutina científica. Nosotros estamos trabajando con células de grasa para tratar fístulas en pacientes complicados sin necesidad de intervención quirúrgica, hemos terminado el ensayo en su fase II, en la que se ha demostrado la seguridad y eficacia, y estamos a punto de entrar en la fase III, de nivel internacional y de una aplicación clínica concreta. Hay varios equipos que están trabajando también en el mismo estadio, oftalmólogos que están logrando regeneración corneal con células de limbo del ojo sano, traumatólogos que logran corrección de grandes defectos óseos con células de médula ósea; en Salamanca se ha logrado revascularización de medios isquémicos usando células de la médula. -¿Es la última fase? -Se está logrando hacer el método extensivo, pero detrás hay estudio clínico y básico de años de trabajo. Hacer que un método se convierta en una rutina clínica es extraordinariamente largo y cargo, porque no hay financiación. En España se apuesta más para la ciencia básica y no hay fondos para la clínica. -Noticias como la congelación de la sangre de cordón umbilical de la infanta Leonor ¿ayudan o perjudican? -A largo plazo se dirá. Se fundan expectativas cuando aún no hay ninguna aplicación ni se ha demostrado que sirva para nada. La congelación de células madre no sabemos si servirá para algo, se guardan por si acaso, pero ¿para qué?. Se rompe el principio de solidaridad para quienes siempre hemos trabajado con bancos públicos de sangre o células sin tener en absoluto demostrado que vaya a servir para algo, se manda un mensaje equívoco a la sociedad. Yo tengo mis reticencias pero es difícil opinar. -¿Se ha precipitado entonces la legislación? -El legislador tiene que tomar partido por un camino y determinar qué y cómo se puede hacer. Yo no sé quién tiene la razón pero lo que es claro que las autoridades sanitarias ante un exceso de expectativas ha de legislar, y ha de hacerlo rápido.