Jimeno Jurío, ya fallecido, tenía la lista desde los 70

Jimeno Jurío inició sus investigaciones pioneras sobre la Guerra Civil a finales de los años 70, acompañado de familiares de fusilados que se aventuraron a realizar las primeras exhumaciones de cuerpos por aquellos años. Escribió algunos de sus avances en Punto y Hora de Euskal Herria, pero todo aquello se paralizó cuando recibió amenazas de muerte por una organización de extrama derecha. Jurío, en boca de su hijo Roldán, lelgó a la investigación de la represión franquista a trvés de las mismas fuentes que le sirvieron para rastrear el proceso estatuario de la II República. Fue así pionero en sacar del anonimato los hombres y apellidos extraídos de libros parroquiales, registros judiciales y archivos locales. El pasado verano, ordenando los papeles de su padre ya fallecido, Roldán encontró la hoja con los 73 nombres del registro-índice del cementerio del sanatorio penitenciario de San Cristóbal. Ese es el papel que hoy reivindica justicia social para los represaliados.