| Reportaje | Prevenir el cáncer de mama |
Autoexploración, algo inédito
Esta dolencia es la segunda causa de muerte entre las mujeres de Ecuador. La enfermera leonesa Marta Quiñones Pérez divulgó el autoexamen con la oenegé Enfermeras para el mundo
La enfermera leonesa Marta Quiñones Pérez vio cumplido el pasado febrero su sueño de ayudar a aquellos que más lo necesitan. Desde que empezó los estudios siempre tuvo esta idea en la cabeza. La oenegé Enfermeras para el mundo, que colabora con la organización ecuatoriana de mujeres Santa Marta fue su punto de enganche. El objetivo, impartir un taller de cáncer de mama, que en este país constituye la segunda causa de muerte. El Colegio de Enfermería la puso en contacto con la oenegé, quien para poder formar parte de este proyecto exige a los candidatos la asistencia a unos talleres. Si los responsables de los mismos entienden que el aspirante es apto, éste se integrará en el mismo. El primero de los talleres a los que asistió Marta consistió en conocer el país en el que iba a desempeñar su trabajo. En el segundo, dos asociaciones expusieron a los asistentes la problemática social de la zona. Por último se explicaron las principales características de la provincia en la que se desarrollaría el trabajo, así como en qué consistiría éste. Una vez superado este trámite, sólo quedaba una entrevista personal, conocer la labor exacta a realizar, vacunarse convenientemente y preparar las maletas para emprender la experiencia. Febrero constituyó el punto de partida para una gran experiencia en la provincia de Manabí, en Ecuador, cuya capital es Porto Viejo. La presidenta de la organización de mujeres Santa Marta, Reina Barahona, fue la anfitriona, quien se encargó de organizar los talleres y los lugares donde se impartirían. El trabajo consistió en difundir la autoexploración mamaria. Marta y una compañera de Cáceres, Raquel, junto a una enfermera local desarrollaron este ingente trabajo, tal y como demuestra el hecho de que en sólo dos días participaron en los cursos 350 mujeres. La campaña fue dada a conocer por una emisora de radio local que incluso contó con la participación de Marta para explicar las pretensiones del programa. Acogida inesperada La acogida entre las mujeres locales desbordó todas las previsiones. Marta Quiñones destacó que «nos encontramos mujeres con 60 y 70 años que nunca se habían preocupado por este tema». Esta circunstancia, impensable en España, motivó que las mujeres que superaran los 40 años y en el reconocimiento apareciese algún nódulo, fuesen derivadas directamente a hacerse una mamografía. Pero esta prueba tiene un coste de 40 dólares, excesivo para las vecinas de la zona. Gracias a la colaboración de una radióloga local el precio se rebajó al 50%, a pesar de lo cual muchas mujeres tampoco se lo pudieron pagar. En el supuesto de las mujeres menores de 40, en caso de duda se les recomendaba la realización de una ecografía, más segura por cuestiones de lactancia, y mucho más barata, en concreto 8 dólares. La explicación del proceso de autoexploración se efectuaba mediante cartulinas con el objeto de que las interesadas entendiesen de la forma más sencilla posible el objeto de la campaña. Marta y Raquel, junto a la enfermera local, tenían su cuartel general en Porto Viejo, donde Reina Barahona preparaba los talleres, los lugares y fechas donde se realizarían los mismos. Llegado el día, el equipo se trasladaba a la comunidad en cuestión, donde eran recibidas de forma muy cariñosa y se alojaban en las casas de las pacientes. Marta recuerda que «al principio las mujeres mostraban pudor a la hora de someterse a la autoexploración, les resultaba raro tenerse que mirar en el espejo. Para superar esta situación organizábamos juegos por parejas y así perdían la vergüenza. Con la gente joven el trabajo resultó más sencillo». Durante los cuarenta días que duró la estancia de Marta en Ecuador, en el ejercio de su trabajo detectó una decena de casos en los que el cáncer de pecho se encontraba muy avanzado. En esta situación, la licenciada, que era una profesional con gran experiencia, se encargaría de hacer un seguimiento más puntual de estas circunstancias. La situación económica de las familias dificulta de forma muy considerable la realización de tratamientos para subsanar las dolencias. Sobre este particular, Marta explica que «si se tienen que operar el gasto es muy elevado por lo que recurren a créditos y se endeudan. Por eso hay algunos hospitales oncológicos que rebajan sus tarifas en estos casos». El trabajo de las oenegés en esta zona campesina de Ecuador tiene como objetivo sensibilizar a los lugareños sobre lo importante que es prestar atención a la salud. El trabajo de estas entidades humanitarias también se centra en formar sobre pimeros auxilios, cuidados materno-infantiles, nutrición o prevención de infartos. Otra faceta es preparar a promotores locales para que cuiden de sus vecinos.