Un hito en la escuela pública «Este mural es el resultado de un deseo colectivo»

Si el mural conmemorativo es un relato pictórico de la historia que el colegio de educación infantil y primaria La Palomera ha tejido en su primer cuarto de siglo de andadura, el testimonio de quienes conocieron la escuela desde sus inicios o la tutelaron desde la administración llenó ayer de hermosos recuerdos el salón de actos del centro amueblado, como recordó un antiguo alumno, Rafael de Paz, con las butacas del desaparecido teatro Trianón. Dirigentes de la enseñanza en todos los niveles, madres y un alumno y una alumna tejieron con sus recuerdos una síntesis de la historia del centro, que corría paralela a los acontecimientos históricos del país -su primer curso coincidió con el el golpe de estado fallido del 23-F- y de la ciudad, testigo de la creciente urbanización del barrio. El colegio nacía en el curso 1980-81 «entre agua y vacas», muy alejado de lo que era el barrio de San Mamés, recordó Olga Fernández, ex alumna y periodista de La Bañeza Radio, para quien es un «referente vital por la ilusión que las profesoras supieron transmitir». «La Palomera nació de un proyecto ilusionante en un momento en que se montaron las bases de un sistema educativo que hacía falta modificar», aseguró Miguel Alejo, en la mesa redonda «Ciudadanos de hoy forjados en la escuela del ayer». El actual delegado del Gobierno en Castilla y León participó como ex director provincial de Educación en la década de los noventa. Su sucesor en el cargo, Justo Lombraña, recordó que La Palomera «es un colegio que marcaba línea» en la época de la reforma educativa porque, al contrario de lo que ocurría en otros centros, «aquí no hubo problemas en implantarla porque un grupo de profesoras y profesores iban por delelante». «La forma de actuar de La Palomera era muy comentada porque era muy novedosa, lo que suscitaba la simpatía y la envidia de otros colegios», corroboró el actual jefe de programas de Educación. Benito del Campo animó a continuar un programa educativo que busque «el desarrollo integral» de las personas como manda la Constitución. Justo Fernández Oblanca, decano de Educación, destacó la disposición del abrir sus puertas al alumnado de prácticas casi como si fuera «una escuela aneja». «Este colegio ha tenido mucho que ver en que yo llegara a amar esta tierra», reconoció Alicia Serantes, madre de dos ex alumnas, quien destacó que en La Palomera «no sólo nos invitaran a entrar, como escuela participativa nos recordaba nuestra corresponsabilidad». «Estoy orgulloso de haber hecho esta obra en una escuela pública», aseguró ayer el pintor Manuel Sierra en la inauguración del mural conmemorativo del vigésimo quinto aniversario del colegio La Palomera. Al acto asistió la comunidad escolar y el rector de la Universidad de León, Ángel Penas. La institución académica financia parte de la obra con el Ayuntamiento, Caja España, la Diputación y Fapa León. Tras una semana de trabajos sobre la pared, con la participación de alumnado, el mural incorporó las dedicatorias del centro ( Con amor, a todos los que fueron, a los que son y a los que serán ) y de la Asociación de Madres y Padres ( Que el camino recorrido en 25 años afiance nuestra escuela innovadora, participativa, coeducativa y tolerante ). Sierra recordó el carácter público como obra cooperativa, resultado de un deseo colectivo y patrimonio colectivo y señaló que la participación del alumnado les sirvió para «despojarse del miedo a la pintura, al espacio sin pintar» Ahora saben, comentó, que esto son cuatro pinceles y pintura industrial. En definitiva, apenas necesitó «pared y ganas».