Sólo los Ancares resta por sumarse al CTR dos años después de abrir

Cuando únicamente quedan dos meses y medio para que se cumpla el segundo aniversario de la inauguración del CTR, el complejo de San Román de la Vega alberga ya casi el 100% de la basura de toda la provincia. Tras la incorporación de Villablino y su zona de influencia a principios de año y consolidada la solución para los residuos de Picos de Europa y la Cabrera (sus desechos llegan a las estaciones de transferencia de Cistierna y Astorga, respectivamente), sólo queda por incorporarse al sistema en estos momentos la zona de los Ancares. La difícil orografía de esta comarca y la larga distancia que su basura debería recorrer hasta la estación de transferencia más próxima (Ponferrada) han impedido que los residuos de este área de la provincia lleguen todavía al CTR, tal y como explica el gerente del Consorcio Provincial para la Gestión de los Residuos Urbanos, Secundino Prieto. Más inversión Este hecho obliga a Gersul a construir en Fabero otra estación de transferencia, que también precisa la comarca de la Cabrera y que tendrá como solución otra infraestructura de estas características que se levantará en Truchas. El consorcio trabaja en la bases de la licitación de estos dos proyectos, que deben ser aprobados en la próxima junta de gobierno. Cada estación supondrá un coste de 480.000 euros y se sumarán a la red que el complejo puso en marcha en su día, integrada por otras ocho: León, Ponferrada, Valencia de Don Juan, Mansilla de las Mulas, Villablino, La Robla, Cistierna y La Bañeza. También la montaña oriental tendrá que albergar a medio plazo otra de estas estaciones de transferencia para dar servicio a Picos de Europa. Recicla un 70% de los residuos Ya prácticamente al 100% de su capacidad, hasta el CTR llegan cada día -menos los domingos- entre 400 y 600 toneladas de basura, de la que logra reciclar a través de sus diversos procesos un 70%. Este nivel de reciclaje se consigue en los residuos todo-uno, es decir, aquellos donde los desechos orgánicos e inorgánicos están mezclados. Así, a través de varios sistemas, pueden separarse materiales como el cartón, papel, plásticos de diversas familias, aluminios o férricos. El 30% restante constituye la fracción de rechazo que acaba compactado en el vertedero o vaso del CTR, que cuenta con una capacidad para albergar 1,8 millones de toneladas de basura. Para el futuro, el complejo podría albergar la planta central de lodos de las depuradoras, que también gestionará Gersul, y que prevé en un plan provincial ubicar diversas plantas de recogida en varios puntos de la provincia para solucionar un problema que crece.