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Todavía el domingo es fiesta
Los vecinos de Puente Castro aprovecharon la paellada para convidar al alcalde, mientras la ciudad vivía todavía en un gran teatro y diferenciaba los títeres
Como las fiestas ya se marchan, ayer parte de la atención se trasladó a Puente Castro, donde el alcalde de León, Mario Amilivia, se calzó el mandil, cogió el cucharón y repartió raciones de paella por doquier; que los convidados fueron alrededor de un millar. Antes de que hoy celebren la procesión, los vecinos de la barriada disfrutaron de una comida de confraternización a la vera del río Torío, al lado del campo de fútbol del equipo que da lustre a la zona, acompañados por el primer edil, la concejala de Urbanismo, María José Alonso, y el responsable de Régimen Interior, Rafael Pérez Cubero. Mientras, la ciudad siguió presa del teatro, sonó a flamenco por todos los rincones, se encontró con la representación del hermanamiento de culturas, aguantó con estoicismo el calor en el ferial, comprobó que la risa va por barrios, dejó una pequeña ventana para que se viera que los títeres son reales, bailó al son de las canciones de siempre y de otras más guerreras, y se fue a acostar. Cuando se levante hoy, ya tendrá arrugado el traje, pero le quedará por delante un largo domingo estival en el que disfrutar de las fiestas.