Cemento y vidrio, sectores con mayor incremento en las asignaciones

Además de las centrales térmicas, la actividad industrial de la provincia sujeta a las cuotas de emisiones de gases efecto invernadero pasa por algunas cementeras, vidrieras, fábricas de tejas y cerámica y la planta de cogeneración de la Azucarera de La Bañeza. El nuevo plan de asignaciones contempla un incremento en la capacidad de emisión de estas instalaciones, que resulta significativo si se calcula sobre la base de emisiones de 1990 (punto de partida del cálculo de asignaciones), pero no tanto si se tienen en cuenta las emisiones reales del 2005. Así por ejemplo, dos cementeras en la provincia tienen controladas sus emisiones: Tudela Veguín y Cementos Cosmos. Con el nuevo plan de asignaciones el sector podrá emitir un 37,3% más que en 1990, pero el incremento es de sólo el 5,9% sobre las cifras del sector del año pasado. Entre el 2005 y el 2007 ambas fábricas leonesas debían reducir sus emisiones en algo más de 2,5 millones de toneladas de CO 2 . Sector de tejas y ladrillos En el caso de las fábricas de tejas y ladrillos el margen de crecimiento es aún menor: un 3% de incremento sobre las emisiones del 2005, y apenas un 8,5% más sobre las cifras base de 1990. En este sector las innovaciones tecnológicas dan claramente la ventaja a las grandes empresas, mientras que los pequeños grupos tendrán grandes dificultades para hacer frente a las exigencias. En el plan ahora en vigor las tres sociedades leonesas que cuentan con asignaciones (Rubiera, Ceranor y Cerámica de Villacé) debían reducir en conjunto algo menos de 500.000 toneladas de CO 2 , y 350.000 de ellas correspondían sólo a Ceranor. La vidriera Por lo que se refiere a las empresas vidrieras, de las que en León sólo tiene asignaciones establecidas BA Vidrio, el incremento de emisiones previsto desde 1990 ascendía casi al 40%, pero será en conjunto sólo un 8,4% superior a las que se vertieron realmente el año pasado. La asignación establecida hasta el próximo año para esta empresa es de 85.556 toneladas, lo que le ha obligado a reducir sus emisiones en tres años en 256.668 toneladas. El plan de asignaciones supone que cada empresa controlada tiene un cupo que no debe sobrepasar y que, en caso de hacerlo, debe comprar derechos de emisiones en el mercado establecido para tal fin.