Los centros de educación especial quedan fuera de las Aulas abiertas

El convenio de colaboración firmado entre la Junta y el Ayuntamiento de León por el que se establecen centros abiertos que permiten a los padres dejar a sus hijos en el colegio durante las vacaciones o días festivos «discrimina a los niños matriculados en centros especiales», según la Asociación de Madres y Padres del colegio Sagrado Corazón. Queja al consistorio y la Junta El acuerdo está dirigido exclusivamente a los alumnos matriculados en centros ordinarios, independientemente de si estos tienen alguna discapacidad. Sin embargo, los alumnos del colegio Sagrado Corazón, único centro en León de educación especial y que cuenta con unos 90 alumnos, no pueden acceder a este tipo de servicios. El objetivo de los centros abiertos es permitir la conciliación de la vida familiar y laboral y es por ese motivo por el que permanecen abiertos los sábados de invierno, días laborables no lectivos y durante las vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano. Pero para los padres que tienen a sus hijos matriculados en un centro de educación especial, caso de aquellos que envían a sus hijos al Sagrado Corazón, esta conciliación, mucho más difícil por las circunstancias especiales de sus hijos, les resulta imposible. La Asociación de Madres y Padres (Ampa) del Sagrado Corazón enviaron una queja escrita tanto al Ayuntamiento como a la Junta para denunciar la situación de discriminación que, según ellos, suponía el acuerdo firmado entre ambas instituciones para los niños con discapacidad matriculados en el susodicho centro de educación especial, pidiendo la inclusión de este centro en el programa. La contestación de la Junta se limitó a remarcar que el acuerdo suscrito entre el consistorio leonés y la Junta de Castilla y León estaba destinado a niños matriculados en centros ordinarios, no a niños matriculados en centros especiales. De este modo, se da el caso de que niños de educación especial matriculados en centros ordinarios asisten a los centros abiertos teniendo la misma discapacidad que otros matriculados en centros especiales a los que se les niega su participación. Éste es el caso de un niño de 9 años de edad y con Síndrome de Down, cuyos padres hicieron una solicitud para enviarlo a uno de estos centros abiertos, que les fue rechazada al estar éste matriculado en el Sagrado Corazón. «Es una discriminación» Carmen Rodríguez, tesorera de la Ampa del Sagrado Corazón, declara que «si van los niños con necesidades educativas especiales de centros ordinarios, niños que son ciegos o están en silla de ruedas, tienen las mismas necesidades que los que están en el Sagrado Corazón», por eso ella considera que «dejar fuera a este centro es una discriminación».