«Con los autobuses me ha tocado la lotería»

«Me han dado la vida con este trabajo». Así resume Dorinda Gómez su experiencia como conductora de la línea de autobús Armunia-Hospitales. -¿Por qué decidió ser conductora de autobús? -Siempre me ha gustado esto, la conducción. Mi padre trabajó en Autocares Fernández toda su vida y siempre lo he visto al volante, así que es algo que me ha gustado desde pequeña. Yo había trabajado en la hostelería pero llevaba una temporada en el paro. Por eso, en cuanto me enteré de que Alsa tenía estos cursos, no me lo pensé dos veces. -¿Cómo valora su experiencia al frente del volante? -Muy buena; esto me gusta mucho: conducir, la organización de la empresa, la seriedad a la hora de cambiar los turnos, los horarios. En general estoy muy contenta con la empresa. Además, con el paso del tiempo he aprendido la psicología del trabajo, porque es un trabajo con mucha tensión. La gente te pregunta todo constantemente, el tráfico, los colegios, los cortes de calles en Semana Santa... Tienes que aprender a tratar con ellos. - ¿Qué diferencia a su juicio a la mujer del hombre al frente del volante de un autobús? -Las mujeres tenemos otro instinto, somos mucho más sensibles que los hombres; ellos son más brutos. Por ejemplo, tenemos más cuidado cuando las personas mayores bajan del autobús. Cuando va a subir algún anciano esperamos a que se sienten para arrancar, y eso es algo que las mayoría de los hombres no hacen, porque nosotras tenemos otro trato con los clientes. Yo, por ejemplo, si veo que una persona que está cargada con las bolsas de la compra llega corriendo mientras sale el autobús, pues paro y la espero. - ¿Y los usuarios prefieren a las mujeres al volante? -Bueno, los hombres siguen prefiriendo a los hombres y las mujeres a nosotras, aunque una vez un señor que se bajaba del autobús me dijo «Señorita, conduce usted muy bien».