La zona de vuelos crecerá por segunda vez El primer vuelo llegó en 1923 Los 100.000 pasajeros, en el 2015

1999 marcó un hito en la historia de aviación de la provincia. Después de muchos sinsabores, por fin, se podía inaugurar una de las ventanas al mundo más esperadas para el desarrollo leonés: el aeropuerto. Nació con una pista civil de 1.642 metros, que se pudo ampliar hasta los 2.100 metros actuales el pasado 1 de octubre. El siguiente paso la permitirá crecer otros 900 metros para dejar operar a aviones de mayor envergadura. Dos pistas, civil y militar El aeropuerto leonés dispone de dos pistas, una principal, de aglomerado asfáltico y unas dimensiones de 2.100x45 metros, y otra de terreno natural compactado de uso exclusivo militar, que ocupa 1.100x100 metros. 1397124194 Terminal y aeronaves La plataforma para estacionar aeronaves tiene una superficie de 24.200 m2. La terminal de pasajeros ocupa un edificio de una planta de 1.500 m2, con zona de salida y llegada de pasajeros. En el vestíbulo se sitúan tres mostradores de facturación, la zona de control de seguridad, la sala de embarque, de 162 m2, los aseos, locales comerciales y cafetería. La sala de recogida de equipajes es de 116 m2. Aparcamiento El párking público dispone de 130 plazas para turismos y once para vehículos de alquiler. Existe otra zona para empleados con una capacidad para trece vehículos y un párking para taxis, de ocho plazas. 1397124194 Vallado y contra-incendios El vallado perimetral se extiende en 15.000 metros. El bloque técnico y el servicio de extinción de incendios se han instalado en un edificio de dos alturas situado junto a la terminal de pasajeros. 1397124194 Aviones más grandes La longitud de pista actual permite aterrizajes y despegues de aviones reactores. Hasta el otoño pasado sólo podían operar turbohélices, con una capacidad máxima de cincuenta pasajeros. De este modo, los 2.100 metros han dado entrada a aviones tipo B737-400, con capacidad para 160 personas y la posibilidad de alcanzar destinos de hasta 800 millas naúticas (Baleares, París, Milán o Bruselas). Con los 3.000 metros previstos, las posibilidades para el enclave aéreo se amplían. Desde que en 1923 aterrizó el primer vuelo en León, procedente de Burgos, muchas cosas han cambiado en el entorno del aeródromo. Las obras de la base primitiva arrancaron en 1921 y dos años más tarde ya funcionaba un taller de reparaciones. Con la Guerra Civil llegaron los alemanes, que instalaron la legión Cóndor y facilitaron en 1937 la construcción de un ferrocarril desde Quintana de Raneros a la base aérea. Un año más tarde, de mano de la Maestranza, se llegaron a reunir hasta 150 aviones y comenzaron a impartirse clases de especialistas mecánicos. Menos suerte tuvo la academia de oficiales, ya que, después de permanecer durante la década de 1939 a 1949 en León fue trasladada a Murcia. Fue sustituida en los cincuenta por la escuela de especialistas. Sin embargo, en la zona seguía latente el proyecto de habilitar un aeropuerto abierto para otros usos que los exclusivamente militares. La idea tomó forma casi medio siglo después, en 1999. El aeropuerto se inauguró hace siete años y desde entonces el ccrecimiento medio acumulado del tráfico comercial de pasajeros ha sido del 45,6% hasta alcanzar los 79.938 el año pasado. La práctica totalidad de ese tráfico es nacional. El incremento más significativo se produjo a partir del 2003 por el crecimiento de la compañía Air Nostrum y la introducción de vuelos regulares de Lagun Air. Además, el tráfico de aeronaves ha registrado una subida media del 48% hasta alcanzar en el 2005 las 3.718 operaciones. Un año en que la flota comercial estuvo formada por aeronaves Saab SF-340 (58% del total), Dash 8-300 (21%) y Fokker F50 (19%). El número medio de pasajeros de este tipo de aviones es de 45. Aena calcula, tras revisar los datos del año pasado, que en el 2015 el aeropuerto leonés podrá tener un movimiento de 100.000 pasajeros anuales gracias a la ampliación de la pista y a la mejora de las instalaciones.