Diario de León

Árboles arrancados, pintadas en las paredes y botellones son los problemas principales

Los vecinos del Mercado denuncian que sus cristales amanecen con ácido

Consideran que el barrio está en una situación «muy deficiente» por culpa del Ayuntamiento

Frescos de la Iglesia del Mercado

Frescos de la Iglesia del Mercado

Publicado por
Maite González Bazal - león
León

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En pleno casco histórico de León se encuentra el barrio del Mercado que comprende toda la parte antigua de la ciudad y agrupa a unos 9.000 vecinos. Su presidente, Miguel Ángel Gil y una de las miembros de la asociación, Ángeles González, se muestran indignados por el estado de dejadez en el que consideran que se encuentra su barrio. A pesar de ser un enclave histórico en pleno corazón de la ciudad, califican la situación del mismo como «lamentable». Vandalismo callejero La falta de alumbrado repercute muy negativamente en calles como la plaza de las Concepciones, la Rúa, Herreros o Portamoros porque invita a la delincuencia y a actos escatológicos de jóvenes que regresan de madrugada con alguna copa de más. Los vecinos sufren la falta de civismo aquellos que vuelven de fiesta del Barrio Húmedo y que orinan en el número 47 de la calle la Rúa al encontrarse a un nivel distinto al del resto de los edificios. Por eso, le piden al alcalde que coloque una farola en la fachada del edificio y algún tipo de ornamentación en el suelo para evitar este tipo de incidentes. Pero lo más grave es la delincuencia que afecta directamente a comerciantes y vecinos. Desde hace varios meses, los cristales de comercios y hogares de este barrio amanecen llenos de ácido impidiendo ver tanto desde dentro como desde fuera, lo cual obliga a cambiar los cristales con el consiguiente gasto que esto supone. No es un hecho aislado, sino reiterativo. Igualmente ocurre con los robos de árboles que se encuentran en esta zona y que son arrancados un fin de semana tras otro. Esto supone un gasto importante para el Ayuntamiento que constantemente tiene que reponerlos y para los vecinos es una gran incomodidad levantarse por las mañanas y ver las calles llenas de tierra, ramas, hojas e incluso ver algún árbol tirado encima de un banco. El vandalismo se extiende también hasta la plaza del Grano en cuyas bocacalles aparecen pintadas constantemente que deslucen la singularidad de este enclave arquitectónico. Además, una vez que las paredes son pintadas de nuevos, los grafittis vuelven a resurgir al cabo de poco días. A las pintadas hay que sumarle los botellones que suelen tener lugar los fines de semana. A pesar de la normativa que los prohíbe, el presidente de esta asociación de vecinos, Miguel Ángel Gil, asegura que «los jueves, viernes y sábados, hay varios grupos de jóvenes que se reúnen en la Plaza del Grano para beber y dejan los desperdicios por todo el lugar». Por todo ello, reclaman más presencia policial, sobre todo durante los fines de semana, que es el momento en el que tienen lugar este tipo de actuaciones. Un mal año para el barrio Como valoración del 2006 en materia de instalaciones, cuidado o preocupación por el barrio, afirman con rotundidad que «no hemos conseguido nada» y que se sienten abandonados por el alcalde. Para ilustrar esta situación aluden a las pasadas fiestas de San Juan y san Pedro en las que casi no se ha desarrollado ninguna actividad. Se quejan de que no se ha celebrado Ensoñación medieval que atraía a numerosas personas y que repercutía positivamente en los comerciantes. Por todo ello, esta asociación, que cuenta con más de 100 socios, califica de «muy deficiente» la situación de su barrio con respecto a los demás de la ciudad.

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