La Iglesia del Mercado tiene un fresco del siglo XVII que se cae a trozos

Una de las particularidades del barrio del Mercado es que está situado entre pedazos de la historia de León. Restos de la muralla, el empedrado romano de la Plaza del Grano... Entre todos esos legados del pasado, hay un enclave histórico. Es la Iglesia del Mercado, una pieza clave del Camino de Santiago a su paso por León. Esta iglesia tiene un camarín construido tras el altar mayor que data de 1740, que apenas 20 años más tarde fue dotado de pinturas murales. Estos frescos, de incalculable valor, no forman parte de ningún proyecto de restauración, lo que implica que no reciben los cuidados oportunos de luz, temperatura y conservación. De hecho, el camarín se utiliza actualmente para albergar todos aquellos materiales que emplean el párroco y el sacristán de la iglesia. Incluso hay un interruptor que está situado en medio de una de las paredes. Para preservar las pinturas, el sacristán no deja entrar más que a los visitantes que demuestran un gran interés por ellas, en un intento por evitar su deterioro. A pesar de eso, el descascarillamiento de una gran parte de la bóveda y de las paredes amenazan con echar a perder este mural. Además, la humedad del techo es otro de los problemas a los que se enfrentan los frescos. Tanto el cura como el sacristán intentan cuidar como pueden el legado histórico que alberga la Iglesia del Mercado pero no es suficiente. Por eso, los vecinos del barrio reclaman algún tipo de subvención estatal o autonómica para que se proceda a un cuidado óptimo de la misma. Miguel Ángel Gil, presidente de la asociación de vecinos, asegura que han presentado a Cantalapiedra, el Concejal de turismo, «una solicitud con presupuestos para pedir una subvención». Dice que ya en el año 2005 redactaron una petición formal que le fue presentada al concejal de Turismo, Jesús María Cantalapiedra, y que posteriormente fue entregada en el Registro General. Pero al respecto «no han dicho nada». De este modo, el tiempo pasa y los frescos del siglo XVIII siguen sin recibir atención pública.