De los 240 hectómetros a menos de 29

Los 240 hectómetros que el pantano de los Barrios de Luna llegó a embalsar como máximo a principios de abril, completando así un 65% de su capacidad, han mermado a estas alturas del verano hasta algo menos de 30, una de las situaciones más críticas de sequía vividas por el pantano -junto con la campaña del 2002- a lo largo de toda su historia. De este caudal, aproximadamente 170 hectómetros han sido destinados al riego, en una temporada que ha tenido que finalizarse un mes antes de lo previsto por falta de agua suficiente. Desde abril, además, alrededor de 36 hectómetros se han consumido en abastecimiento de agua potable y en garantizar el caudal ecológico. El presidente del Sindicato Central de Regantes de Barrios de Luna, Ángel González Quintanilla, explicó ayer que la campaña alta de riego comenzó el 22 de junio, aunque a principios de mayo ya se realizaron desembalses para atender cultivos como la remolacha o el cereal de invierno. Igualmente, confirmó que todavía no han iniciado las negociaciones con la Confederación Hidrográfica del Duero para que autorice un último riego de emergencia para la remolacha de las comarcas del Páramo y Órbigo, ya que esperan de momento la evolución de la climatología para exigir más agua del Luna. «Se regó a finales de agosto y si el calor llega a mediados de septiembre la remolacha necesitará más agua», recalcó González Quintanilla, quien aseguró que otros cultivos dependientes de este embalse, pese haber finalizado la campaña de riego, no sufrirán pérdidas en su producción, refiriéndose a las plantaciones del maíz -planta que ocupa el 85% de las 52.000 hectáreas regadas por el luna-, las hortalizas del Órbigo o el lúpulo, que ya culminó su cosecha al 100% de la producción prevista este año.