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Cultivos como el maíz, las patatas y las alubias salvarán la cosecha a pesar de que no tendrán más agua

El 50% de la remolacha de León sufrirá daños si la CHD no autoriza otro riego

El extremo calor obliga a soltar más agua del Luna en Páramo y Órbigo en un plazo de diez días

Cultivo de remolacha en la ribera del Órbigo, que recibió el último riego a finales de agosto

Publicado por
Asun G. Puente - redacción
León

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Prácticamente la mitad de la producción de remolacha de la provincia está pendiente de un último riego del pantano de Luna, que atraviesa una de la situaciones más extremas de sequía desde que fue construido en la década de los cincuenta del siglo pasado. Las elevadas temperaturas de los últimos días requieren un riego auxiliar entre los días 15 y 20 de este mes para evitar graves daños en las 4.200 hectáreas de remolacha regadas por esta agua en el Páramo y Órbigo, casi el 50% de las 7.600 cultivadas en toda la provincia. La decisión de este riego está en manos de la Confederación Hidrográfica del Duero en una medida que, según los regantes, deberá tomar a principios de la semana que viene. En el plazo de diez días el cultivo precisará un riego, a pesar de que la campaña oficial en este pantano concluyó el 30 de agosto debido a su falta de caudal por la ausencia de lluvia y el calor de un verano que en junio ya experimentó temperaturas muy elevadas. La remolacha de estas comarcas ya ha recibido un total de siete riegos por aspersión desde que se inició la campaña, aunque las excepcionales condiciones de calor de los últimos días obligan a otro más para evitar daños irreparables en una parte significativa de la superficie cultivada. Incluso, el responsable del sindicato agrario Ugal, Matías Llorente, advierte de que la propia Azucarera de La Bañeza vería afectada su actividad y el inicio de la campaña, ya que el 50% de la remolacha de la provincia, a no ser que reciba este riego que los agricultores reclaman a CHD, verá demorado su arranque hasta finales del otoño a la espera de la lluvia. Actualmente el pantano de Luna, el que peor situación presenta de la provincia, cuenta únicamente con algo menos de 30 hectómetros, lo que garantiza todavía el caudal ecológico y el abastecimiento de agua potable a la población que depende de este embalse. Los regantes estiman que este último riego para la remolacha supondría entre cinco y seis hectómetros cúbicos de agua. «Garantizaría a pesar de todo el caudal ecológico sin perjudicar la flora y la fauna. Creo que se trata de una cuestión de buena voluntad por parte de la CHD», recalca Llorente. De las 52.000 hectáreas de regadío dependientes del Luna, otros cultivos como el maíz, las patatas y las alubias no tendrán riesgo. Estas superficies han recibido un total de cuatro riegos a escala, aunque el tercero llegó con retraso.

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